El rock psicodélico estadounidense de los sesenta y los setenta buceó en el Atlántico hacia el sur del mundo para asociarse con la música tradicional que llevaban a cabo grupos del underground de la ciudad nigeriana de Lagos, la segunda más poblada de África después de El Cairo.
El país vivía entonces la resaca de su independencia (1960) y la reconquista de Biafra (1967-1970), la parte sudoriental de Nigeria. Este disco representa el modo de expresión de músicos africanos influidos durante la barbarie por la psicodelia, el reggae, el rock y el funk. Algunos lo adaptaron sin casi alterar aquello que los americanos habían popularizado, otros tan sólo cogieron elementos y los sumaron a sus tradicionales guitarras intuitivas, sus inconfundibles ritmos y sus melodías al cielo. Este recopilatorio anda entre la heterogeneidad y la homogeneidad: muchos estilos unidos bajo el techo de lo espontaneo y las producciones únicas de África. Las percusiones, las líneas de bajo interminables, las guitarras y los coros construyen temas que no deberían terminar nunca. Por cierto, Ashanti Afrika Jah recuerda mucho a Franco & The Ok Jazz.
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