Australian Carnage. Live At The Sidney Opera House
DiscosNick Cave & Warren Ellis ...

Australian Carnage. Live At The Sidney Opera House

8 / 10
Carlos Pérez de Ziriza — 29-08-2023
Empresa — Goliath Records
Género — Indie rock

Si hay un músico con quien no tiene sentido preguntarse acerca de la necesidad de registrar su directo y hacer caja con él, ese es Nick Cave. Sus conciertos son ceremonias, liturgias, piras sacrificiales en las que se destripa y se entrega a conciencia, sin ahorrarse una gota de sudor ni un milígramo de entrega. Bolos en los que su música cobra otra dimensión.

Lo puede atestiguar cualquier mortal que le haya visto alguna vez en directo, pero también cualquiera que haya prestado atención a discos ejemplares como "Live Seeds" (1993), "Live At The Royal Albert Hall" (1998), "The Abattoir Blues Tour" (2007) o "Live From KCRW" (2013). Todos fueron grabados con formaciones distintas, y es por eso que este "Australian Carnage" (2023) se antoja también esencial: es el directo que consagra su alianza con Warren Ellis, su gran lugarteniente de la última década (como antes lo fueron Mick Harvey o Blixa Bargeld), pieza central para entender la sonoridad de todos sus discos desde un "Push The Sky Away" (2013) cuyo rol seminal cada día clarea más.

Esta grabación se registró el pasado 18 de diciembre de 2022 en la última de sus tres noches consecutivas en el Sydney Opera House, culmen de una gira de 16 fechas por su país natal, en un ambiente de celebración (“Fucking Sydney!, ¡Rajad los asientos si os apetece!”, clama Cave en sus primeros segundos, quien se ríe hasta de sí mismo a lo largo de toda la noche ante un público alborozado) que propicia tanto la reverencia a la trilogía formada por "Carnage" (2021), "Ghosteen" (2019) y "Skeleton Tree" (2016) como a aparentes caprichos como pueden ser la versión al piano del “Cosmic Dancer” de T Rex o una lectura ligera de “Breathless” (del inconmensurable "Abattoir Blues/The Lyre of Orpheus", de 2004).

La pérdida, la fe, la ira, el amor, la piedad, el dolor, el sexo y la devoción en 18 canciones que hierven cuando tienen que hervir y alivian cuando tienen que aliviar, llevadas en volandas por la comunión entre músicos y audiencia, haciendo hueco para la gravedad y cierto calado espiritual solo cuando estos lo demandan. Otro extraordinario registro en vivo para un currículo que los rebosa.

 

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