Nibiru
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Nibiru

8 / 10
Luis M. Maínez — 26-12-2019
Empresa — Sony Music
Género — Reggaetón

Lo poco que le quedaba por demostrar a Ozuna, una de las estrellas indiscutibles de la música mundial, lo ha conseguido con este Nibiru, un álbum de una hora de duración y nada menos que dieciocho canciones en las que toca con éxito varios de los palos de los géneros urbanos -haciendo especial hincapié en el reggaeton, claro-.

Nibiru supone la consagración de Ozuna como uno de los cantantes más talentosos de su generación. Controla a la perfección todos los temas y motivos del género: fiesta, pasión, amor, lujo, hedonismo,… y consigue que todos suenen auténticos. No suena a ninguno de los grandes como Daddy Yankee o Don Omar y también se diferencia de las grandes estrellas de la nueva ola como Anuel o Bad Bunny gracias a su voz y a su variedad de flows.

Un Anuel con el que Ozuna ya colaboró en algunas de las canciones más escuchadas del año como China y con el que vuelve a repetir junto a Snoop Dogg en Patek, el tema central del álbum, y uno de los mejores de las casi dos decenas que nos ha ofrecido el puertorriqueño en Nibiru.

Del mismo modo que hubiera sido absurdo no rendirse ante las canciones de rock y pop-rock en los 60 y 70 y de obras maestras que bebían de la música disco como Let’s Dance en los 80, criticar Patek por sonar comercial sería fruto de una cerrazón de miras que nos privaría de ser capaces de entender el reggaeton actual -más light, más blanco, más limpio- como el género mainstream del momento. Solo hace falta echar un vistazo a todos los cantantes y productores que intentan dar con la tecla para hacer música que suene bien, con resultados más o menos desalentadores, para saber que no es tan fácil hacer un disco como este.

La primera mitad de Nibiru tiene temas como Hasta que salga el sol, Eres top, junto a Dj Snake y la leyenda del hip hop Diddy o Pégate, que son éxitos instantáneos para playlists, radios y discotecas y que seguro sonarán muchísimo en el próximo año 2020.

Sin embargo, es la segunda mitad del trabajo, la que suena a partir de Patek, la que hace que este álbum termine por confirmarse como uno de los mejores del año. Canciones como Sin pensar, con Swae Lee de Rae Sreemurd, Reggaeton en París, con Nicky Jam (el acierto en las colaboraciones de Ozuna daría para otra crítica), Danzau, la sentida Amor genuino, el éxito que ya es Baila baila baila y Qué pena, en la que tira del flow de los primeros dosmiles para cerrar el trabajo, son redondas. Estos últimos temas incluyen producciones de grandes nombres de la música latina como Yamcee, Mambo Kingz, Dimelo Flow, High P, High Flow e incluso Eliel, este último productor de Don Omar en su ya mítico The Last Don.

Nibiru es el mejor trabajo de Ozuna hasta la fecha, emparentado con el Vibras de J Balvin en su búsqueda de aunar música de calidad con música comercial. El de Puerto Rico está a la altura de su ambición a lo largo de todos los tracks que lo componen.

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