Desgraciadamente, Biohazard deben seguir sufriendo en propias carnes el ser demasiado metálicos para sumergirse de lleno en la escena hardcore y demasiado hardcore para pasar a la imbatible primera división del metal noventas. ¿Qué ocurre entonces? Pues sencillamente, que Seinfeld, Graziadei, Schuler y Echeverria van a seguir obsequiándonos con álbumes compactos, directos y atractivos, sólo que han perdido esa capacidad de sorpresa que, vista la velocidad a la que se desenvuelve el mundo de los sonidos más duros, toda banda debería poseer. ¿Y qué quiero decir con eso? Ni más ni menos que Biohazard han vuelto a completar un buen disco, un trabajo en el que conviven el metal, el hardcore y el hip hop, un álbum que convence -excepto «End Of My Rope»- ya desde «Resist», hasta el tema título (con Sitcky Fingaz como invitado). Por lo tanto, ¿cuál es el problema? Está claro; que los de Brooklyn ya cuentan con un «State Of The World Address» y un «Mata Leao». Aún así, si son capaces de seguir ofreciéndonos un «New World Disorder» cada cierto tiempo y defendiéndolo en directo, se lo agradeceremos.
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