La Cuenca Mixtape
Discos / Nc310

La Cuenca Mixtape

7 / 10
Carlos Navas — 30-07-2024
Empresa — Autoeditado
Género — Trap

La puesta de largo de NC310 se convierte, casi sin quererlo, en la referencia más sólida del underground de la zona en los últimos años (si es que esto significa algo a estas alturas del partido). Babak, Lean, HG y XFile presentan una obra profundamente vivencial y ecléctica; afortunadamente alejada de los convencionalismos que se esfuerzan por dominar el género en los últimos tiempos.

"La Cuenca" es contracultura, porros -en casi todos los formatos y situaciones que se le pudieran ocurrir a uno-, lealtad y ruina, gratificantes recaditos al sistema (desde el educativo al laboral, cuando no encontramos pullas dirigidas directamente al omnipotente estado) y una inconfundible sensación de hastío que casi se convierte en hilo conductor de una narrativa difusa pero en todo momento palpable.

La mixtape está producida en su mayoría por Suneo (Chill Mafia, Arepas, Alcalá Norte…), que pone sobre la mesa una antología de instrumentales, cada una de su padre y de su madre, que encuentran cohesión en la pegada y la textura. Sin llegar, por suerte, a una sofisticación pomposa, los beats que sirven de esqueleto a "La Cuenca" articulan un relato sonoro que arropa con éxito a unos protagonistas dibujados como una suerte de antihéroes con estilo.

Estilísticamente, "La Cuenca" se presenta como un batiburrillo entre frenético y acompasado, entre audaz y esquivo, que no rompe el ritmo natural de la escucha y convierte la experiencia en una continua e implacable sucesión de intenciones y puntos de vista diferenciados y atesorables, encapsulados en trozos -acertadamente cortos- que se dan paso los unos a los otros en una cadencia clásica y orgánica.

"La Cuenca" esconde momentazos de storytelling certero y sin artificio, que invitan a la empatía y la identificación; acercando al oyente a situaciones tan ajenas como auténticas, cómodos lugares de encuentro para una generación, una gente y -sobre todo- un público un poco al margen de todo y un poco al margen de nada. Sin pretensiones, el contenido de la obra existe en un curioso punto medio entre la reivindicación y la desgana.

Con humor pero sin guasa, NC310 desarrolla un discurso directo y personal, que, por desgracia, no escapa de algún tópico rapper que encuentra su lugar en el ego-trip, infame y manida vertiente chulesca de la que tan difícil parece escapar. Es imposible, en cualquier caso, pasar por alto rimas obscenamente originales (por favor, atención a ese dafont-gafón-vodafone-socavón) en "Eméritos", con su par de magníficas contribuciones a la longeva y honorable tradición de codificar el mismísimo concepto del dinero (hablo, por supuesto, de esos “contar borbones” y “contar eméritos” que construyen el tercer track del trabajo).

En el apartado de las colaboraciones encontramos a unos inconfundibles Txandal Vandals que, a pesar de no traer nada nuevo (algo que, en todo caso, no era necesario), se alzan con el título de mejor estribillo de la mixtape -por supuesto en clave punk-, mérito peleado con uñas y dientes en una referencia inundada de momentos pegadizos y coreables. Para sorpresa de nadie, la férrea sinergia de NC con Arepas convierte "Xingamos?" en uno de los temas más memorables del trabajo, apadrinado por una entrada de Babak que bien podría exhibirse en un museo. Por su parte, ReitxHoe se encarga de aportar una arista femenina tan inesperada como necesaria en "Txikipetit", uno de los tracks más contemporáneos y marcianos de la referencia.

La artillería pesada parece reservada para el último sprint de la mixtape: "Caramelorarox1" se vertebra sobre una sonoridad épica y pausada que sirve de manto para unas líricas que podrían servir perfectamente como resumen del conjunto de la obra. Las vibras, casi post-punk, casi ochentenas, de "Wellbein`t" ; la más directa y visceral de las canciones que componen la tape (qué rabia descubrir que esta instrumental no es propia, sino otra joya camuflada en la vorágine de type beats que atascan internet) , cierran una escucha que pide a gritos el repeat.

Los chicos de la cuenca, con su particular aleación de tristeza y arrojo, no tienen reparo en reclamar que han robado el horizonte. Solo queda esperar la defensa en directo de estos rookies recién ungidos. Con expectación y, sobre todo, con ganas.

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