A veces para ir adelante hay que mirar atrás. Es la máxima que ha seguido “el embajador Blitz” en su segundo largo. Vuelve su mirada hacia su Ghana natal y recupera, para su hip hop contemporáneo, revulsivos ritmos africanos. “En-Trance”, el tema que abre el disco, es un perfecto ejemplo, una intro jazz que crece rítmicamente a través de un vital afrobeat, para pasar a un potente funk con un rapeo intenso y efectivo. A diferencia de otros trabajos de hip hop en los que la producción es un arma, aquí es la orquestación (exuberantes vientos, cortantes guitarras) la que le da gran envergadura a su música, haciendo que todo suene orgánico, sugerente y muy variado. Este rapero, y también reconocido artista visual, establecido hace unos años en Brooklyn, se está ganado el respeto y la amistad de sus coetáneos. De nuevo, múltiples invitados, pero con mayúsculas: las voces de las sirenas The Nubians, el cantante ruandés de r&b Corneille, el nigeriano Keziah Jones, el congoleño Baloji o su admirado Chuck D, enriquecen sus temas. Letras panafricanas, poesía callejera de lucha social y mucha emoción para una carrera en plena ascensión.
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