Muchos son los que esperábamos atentamente el tercer disco de Nathaniel Rateliff junto a The Night Sweats. Había ganas de comprobar si tras el intimista “And It’s Still Alright” (2020) y el directo “Live At Red Rocks 2020” (2021), ambos lanzados en solitario, la reunión con su banda le hacía retomar el camino del soul que había dejado ligeramente de lado. Y es que ambos discos conservaban pinceladas del estilo que ha puesto a Nathaniel en boca de todos, aunque se adentraba más en otros terrenos, recuperando incluso sus primeros pasos en esto de la música. El misterio está resuelto y la respuesta es afirmativa. Volvemos a tener en las manos, o mejor en nuestros equipos de música, un disco jovial, optimista, y cargado de ritmo. Ya nos había dado una buena pista con “Survivor”, single de adelanto del disco y en el que jugueteaba con el sonido Alabama Shakes. Pero el resto de canciones de este nuevo trabajo de Nat y su banda, esta vez, confirman lo apuntado.
El de Missouri nos da lo que nos adelantó, soul con guiños a otros estilos y especial querencia por la música de raíces. Se viste de Michael Kiwanuka en “Baby I Got Your Number”, y en cantante de la Motown en “Love Don’t”, o le da al jazz en “Love Me ’Til I’m Gone”, pero siempre lo hace cargado de personalidad y estilo. Y es que de eso, va sobrado. Quizá el único problema del disco está en la forma de ordenar sus canciones. Sus constantes cambios de ritmo hacen que uno tenga una sensación de altibajos que se desvanecen cuando las canciones se escuchan por separado, prueba de que su sucesión no acaba de funcionar. Eso convierte “The Future” en un conjunto de buenas –algunas muy buenas– canciones, aunque el concepto de álbum se resienta. De lo contrario, quizá estaríamos hablando de un trabajo de excelente, aunque el notable alto se me antoja la nota más justa que darle.
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