El tercer disco de Nat Simons supone un cambio casi radical respecto a los dos anteriores álbumes de la artista, no solo por el hecho de que ahora elige el castellano para expresarse, sino también por la transformación en cuanto a estilo y sonido que ahora presenta. La cantante española publica ‘Felina’ (El Dromedario Records, 2021), un LP de nueve canciones con pocos contrastes que intenta poner voz femenina a un género normalmente llevado a los escenarios por hombres en nuestro país.
Aunque siempre ha estado vinculada con el rock, Simons se aleja un poco del folk para acercarse más al pop en este disco, recordándonos incluso a un sonido más dosmilero en temas como “Extraña religión”. Las guitarras eléctricas se convierten en las protagonistas junto a su voz, más agresiva que de costumbre. De hecho, ‘Felina’ le va al pelo como título pues todas las canciones parecen nacer de un instinto, de algo casi animal, como se pone de manifiesto en “Ley animal”. “Piel”, “rabia” o “refugio” son palabras que aparecen sus nuevas letras y que nos remiten a lo más intrínseco de la artista.
Una de las canciones, “Big Bang”, cuenta con la colaboración de Anni B Sweet, y de hecho es uno de los grandes temas del álbum junto con “Macabro plan”, excelente. Se trata de un trabajo muy lineal que culmina con la canción más diferente, “La Despedida”, y que elogia la importancia que la música en su vida y como herramienta para gestionar las dificultades que supone relacionarse con los demás y con ella misma.
El poco más de media hora de ‘Felina’ nos invita a pensar que es un disco nacido de la reacción y no de la reflexión, o al menos así lo muestran las canciones que lo integran. Nat Simons se aproxima así a otras artistas como BRUNA o Chica Sobresalto, que recientemente han iniciado su incursión en este nuevo pop rock donde ellas, junto a muchas otras artistas todavía por consolidarse, tienen mucho que decir.
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