Con ganas de liarla parda y
aportar su propio granito a una escena pop patria que cada día se revitaliza
más con grupos como sus paisanos Elastic Band o Ana Lógica, llega el primer álbum
de Napoleón Sólo. Y lo hace por todo lo alto. Apoyo total de un sello
relativamente nuevo aunque integrado por personas de sobrada experiencia,
correcta producción a cargo de Fino Oyonarte y apadrinamiento a la batería de
Eric Jiménez (Los Planetas, Lagartija Nick), quien ha aportado su sabiduría
percusiva a la grabación. Por todo ello el grupo de Alonso Díaz (voces,
guitarra, programación y compositor de la banda) va a dar que hablar, pero
también va a ser examinado con lupa. Una lente quisquillosa que nos mostrará un
combo de efervescente pop sin complejos que no le hace ascos a utilizar
recursos orquestales, guitarrazos de wha-wha setentero y un falsete que tirará
de espaldas a más de uno. Lástima que el ensamblaje de las rimas patine en más
de cuatro ocasiones y que haya un puñado de canciones que se queden lejos de
las más favoritas, con lo que el disco se muestra desigual y poco compensado.
Pese a todo, canciones como “Hola, qué tal”, “Perdiendo el tiempo” y sobre todo
ese desparrame que es “Lolaila Carmona” provocarán que se hable de ellos y eso
siempre es bueno.
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