Disco Bleu
DiscosNacho Casado

Disco Bleu

7 / 10
Fran González — 08-11-2022
Empresa — Hidden Track Records
Género — Indie pop

En los discos de Nacho Casado, al igual que en su Elche natal, parece que siempre haga buen tiempo. No importa en qué época del año reproduzcas sus tórridas melodías, pues siempre te trasladarán a un paradisíaco crisol de elementos estivales, ideales para hacernos creer que estamos en otro lugar y en otro tiempo. Es una capacidad evocativa que el artista ilicitano lleva entrenando en solitario desde hace ya tres discos, a cada cual más cinemático y sugestivo; sin embargo, con “Disco Bleu” (Hidden Track, 22) Casado nos adentra de forma más evidente que en sus dos previas entregas en una horquilla juguetona y colorista de sonidos clásicos y nostálgicos, llevando a una siguiente categoría esa debilidad suya por la melancolía y por todo lo que huela a mediterráneo, a jazz y a años 60s.

Una vez más, el espíritu de romántico empedernido que caracteriza la prosa de Casado se hace visible a través de pasajes que abrazan los sentimientos más primarios del ser, como el amor y el perdón (“No-Yo (Es Preciso Perdonar)”), de forma que estos sean de nuevo los iconos angulares de su trabajo. Ya sea bien de la mano de la sedante y edulcorada bossa nova de “¡Qué Maravilla!” (“no hace falta que te diga que eres el néctar de mis días, una sonrisa, una caricia”) o de la folklorista y casi croonística “El Amor Es Lo Único” (“han pasado siete años, siete días de pura felicidad”), que bien nos queda demostrado que nadie como el bueno de Nacho para ponerle banda sonora a esos momentos de intimidad afectuosa, miradas cómplices y sonrisas próximas entre enamorados.

Pero a pesar de que las historias de Casado nos conquisten a la primera y por sí mismas gracias a esa sentida forma de mecernos con su voz y hacernos sentir como si estuviésemos suspendidos sobre una hamaca de pasión y calma, toda la instrumentalización que rodea de por sí a “Disco Bleu” es soberana por definición propia y eleva al mismo disco a una superioridad que no se contempla todos los días en nuestra parrilla de artistas patrios. Hablamos de grandes estructuras faraónicas de corte orquestal que parecen sacadas directamente de la música para grandes salones (“Mediterralia”), a las que ahora se suman congas traviesas y desenfadadas (“El Nadador”), aproximándose por vez primera a sonidos más cercanos al hedonismo setentero que a la sobriedad clásica de las big bands y encontrando en “Venganza En La Pista De Baile” el colofón discotequero definitivo, con esos arreglos de cuerdas que están pidiéndonos a gritos, de forma insólita en su discografía, que meneemos nuestras caderas despreocupadamente.

No hay dos sin tres, y “Disco Bleu” confirma con creces esa habilidad única que Nacho Casado tiene para armar relatos sentidos y apasionados, con rémoras y reminiscencias sofisticadas, envueltas en un cocktail elegante en el que maridan a la perfección los sabores mediterráneos, tropicales, jazzísticos y cinematográficos que dan vueltas en la mente de su artífice. Da igual el día que haga ahí fuera, pues “Disco Bleu” irradiará la luz cálida y tierna que necesitas para devolverte a tu tarde de julio favorita.

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