The Waterfall

En declaraciones previas a la salida del séptimo trabajo de My Morning Jacket, su líder Jim James ha afirmado que se siente como si estuviera a punto de cerrar un capítulo, para abrir otro totalmente nuevo. No sabemos si con ello estaba adelantándonos lo mucho que este “The Waterfall” tiene de evocador de los diferentes registros que la música de la banda puede adquirir y ha adquirido en sus quince años de trayectoria.

“The Waterfall” condensa lo bueno y mejor de la esencia de la banda, convirtiéndose en un elegante y vaporoso paseo por sus más diversos recovecos musicales. Un viaje lleno de detalles que acaba por regalarnos momentos de una intensidad y belleza, que son el verdadero motivo por el cual My Morning Jacket son los verdaderos reyes a la hora de plasmar ese discurso retro-futurista que los hace tan especiales. En su música –y solo hay que dejarse llevar por el tramo medio de su disco compuesto por la triada "In Its Infancy (The Waterfall)”, "Get The Point" y "Spring (Among the Living)"- pasan del hard rock psicodélico a la balada folk, teñido todo por un espíritu de vaporosa “jam” fumeta que simplemente corta la respiración. Tras estas, "Thin Line” y “Big Decisions" nos remiten a los My Mornning Jacket de “Z” (2005) y “It Still Moves” (2003), una etapa en la que sus discos sonaban más unitarios e intuitivos, sin la calculada inteligencia de la actualidad.

Mención aparte merece el tramo final del disco y en especial esa maravilla hard-folk titulada "Tropics (Erase Traces)" –para mi la mejor del lote- que, combinada con el soul hippie y vaporoso marca de la casa de "Only Memories Remain", asegura un momento de comunión con el público en los conciertos, aunque sin alcanzar las cotas de “Dondante”. Es imposible.

No sabemos lo que vendrá a partir de ahora, pero si es cierto que este “The Waterfall es una especie de epílogo de una carrera que pretende abrir en el futuro nuevas puertas en sus percepciones sensoriales, no se me ocurre mejor broche de oro.