La banda estadounidense My Kid Brother presenta su disco de debut, "Happy.Mad.Weird.Sad", después de un EP publicado el año pasado que les convirtió en una banda a tener en cuenta por varias prestigiosas publicaciones. A pesar de estar publicado por Fearless Records el disco se inclina más por el indie pop que por el punk o el hardcore, encontrando sus mejores momentos en alegres e infecciosos estribillos como los de "Spilt Salt" o "Make You Make Believe", claramente la parte "Happy.Mad" la tienen dominada, no tanto la "Weird.Sad"...
El disco comienza con la otoñal "Never Break Your Heart", un medio tiempo que, sin ser nada del otro mundo, sirve de cálida bienvenida, la cosa sube en intensidad con "Make You Make Believe", una canción explosiva en la que comparten protagonismo los dos vocalistas principales, Dylan Savopoulos y Piano Whitman.
“Disco Days” quiere ser uno de esos temas que pusieran a las chicas a bailar como en los dos primeros dos discos de Franz Ferdinand aunque se queda algo corta si la comparas con un “Take Me Out”, por su parte, “Paper Houses” y “Roots” tampoco ayudan a levantar el disco, algo que sí hace “Shoulders”, cantada por la única mujer de la banda, Whitman, logrando una canción adictiva con un estribillo redondo, algo parecido a “High Society”, también cantada por Whitman, otro pequeño himno de indie-pop gloriosamente ejecutado. Aunque la mejor canción del lote es “Spilt Salt”, una infecciosa canción indie pop con un estribillo muy pegadizo que recuerda a los Scissor Sisters de "Take Your Mama".
Al final aparece "Gasoline", una canción folkie con cuerdas sin mucho gancho que demuestra que a esta banda le quedan mejor las canciones pop soleadas como con la que cierran el disco, "Cortisol", aunque tampoco llega los mejores momentos del disco.
En sus mejores canciones, My Kid Brother cautivan con sus hábiles y deliciosos estribillos pop, pero "Happy.Mad.Weird.Sad" se pierde en los momentos en los que la banda se sale de esa fórmula buscando ampliar su paleta, quedando un debut divertido y prometedor pero anclado en sus referencias al indie de principio de Siglo, al que todavía la falta bastante para lograr algo realmente significativo.
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