Tal vez en las últimas grabaciones de The Blokes se noten los cuarenta y seis años de Billy Bragg, pero lo cierto es que el bardo de Essex cuenta con dos décadas de impresionante carrera. El nuevo siglo echa en falta a alquien que llame “gusano hambriento” a Bush Jr. con la misma convicción que Bragg se lo llamó a Reagan, y sobre todo echa en falta canciones como las que fue capaz de componer el más escalofriante de los cantautores, el único capaz de convertir el amor en una doctrina conmovedora y la política en un sentimiento puro.
“Must I Paint You A Picture?” resume la discografía de Billy Bragg desde un punto de vista opuesto al de “Reaching To The Converted” (Cooking Vinyl, 99). Va directo a la vena. Las mejores canciones del cantautor socialista -faltan, y por algo será, las de “The Internationale” (Utility, 90)- en un doble CD que los “convertidos” pueden obviar, pero que los neófitos no deberían dejar escapar. Desde la espeluznante desnudez punk de los ochenta (muchos lo llaman folk, pero ése sería un término demasiado dócil) a las cálidas melodías de finales de esa década y principios de los noventa (más instrumentos y mejor producción para grandes canciones), y a la reivindicación de Woody Guthrie (lo último realmente emocionante que Bragg ha sido capaz de editar). Sobran las palabras.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.