Plays Devo
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Plays Devo

7 / 10
Holden Fiasco — 19-06-2023
Género — Rock electrónico

No hace falta que te presente ni a Munlet ni a Devo, ¿verdad?, pero sí, igual, que explique por qué junto sus nombres aquí. Si escuchaste antes a Munlet, te lo imaginarás. La influencia de Devo no la han escondido nunca, ni ellos ni tantos otros. Ahora que parece que toda una generación ha descubierto que el punk puede tener variaciones y amancebarse con ritmos y usos que no parecen corresponderle, siempre es bueno darse cuenta de que, en la mayoría de los casos, miras para atrás y ves que no has inventado nada. Munlet estaba antes. Y Devo, debo decir que incluso vienen de más lejos. ¿De otra galaxia? No, de Akron, Ohio, capital de la industria de la goma, en el condado de Summit, justo como se llama el gimnasio que hay debajo de mi casa y paso a otra cosa pero ya.

Los Munlet han ido un paso más allá. Además de confesar sus influencias, o fuentes de inspiración, su dieta artística, si quieres llamarlo así, también han decidido dejarlo testimoniado. Han entrado al estudio y lo han grabado. Todo esto nació, por cierto, de aquello que se llamaba Izar & Star, ciclo comisionado por Jerry Corral, donde los Munlet hicieron este mismo repertorio que ahora han tenido a bien regalarnos en formato de vinilo. Lo hacen de la mano de la Family Spree, siempre atentos al talento. Pues les ha quedado más significativo de lo que podía esperarse, porque, en el intento, han conseguido quebrar los límites espacio-temporales y fundir todas las líneas que separan las fronteras. ¿Qué quiero decir? (De manera menos rebuscada, por favor). Pues que tocarán y cantarán las canciones de Devo, y serán fieles y respetuosos, pero han conseguido mutarlas, de alguna manera, en algo nuevo y fresco, efectivo y apetecible, impregnándolo con su personalidad y estilo.

El disco se titula “Plays Devo” o “Munlet Plays Devo” y viene enriquecido por un arte gráfico, bullicioso, colorido y distintivo, que festeja la tradición que ya comenzaron en su discografía los de Akron y que es obra del siempre acertado Juan Roller, el pulso detrás de Estudios Perkins. En el interior, además de recortables y figurantes varios, también te encontrarás, por supuesto, con un disco físico que incluye una docena de hendiduras en el vinilo. Todas ellas pertenecen al largo repertorio de los Devo, que aún están en activo, te lo recuerdo, por si coincide que vienen a las fiestas populares de tu barrio y te preguntas si son estos o una encarnación sucedánea. Munlet, aquí, adaptan alguno de los grandes éxitos de los norteamericanos, pero también otras canciones menos populares que consiguen bordar, manteniendo la fogosidad de las originales, pero con un toque característico, ya sea en el ritmo, en los matices, en las partes vocales, o en la instrumentación. La adaptación musical y lírica, con cambio lingüístico, funciona. Consiguen hacer un recorrido variado y representativo, fieles y valientes expedicionarios en ese territorio resbaladizo entre el rock, el punk y la electrónica, con ramalazos –billy (no hablo de librerías suecas sino de terminaciones para etiquetas musicales) y más música de raíces y de vanguardia.

Empezar con un ejercicio instrumental cercano a la gimnasia doméstica que ridículamente practicábamos en pandemia, “Freedom of Choice”, es toda una declaración de intenciones: este es el ritmo, prepárate para seguirlo, ponte calzado cómodo. Pronto llega una de las joyas del repertorio, aunque sea bajo la mirada subjetiva de este oyente descarriado. Y es que ya tenía devoción por “Whip it!”, éxito rotundo de la banda original, que acompañaron con aquel polémico vídeo en el que se materializaba la capacidad satírica de los Devo. Yo lo veo ahora y lo entiendo como una perversión de toda la imaginería mítica del Oeste norteamericano y la televisión de los 50. Luego salía Mark Mothersbaugh con un látigo en la mano y todo se complicaba. Ahora viene Munlet y le dan una vuelta de tuerca, al traducirla al euskera y cambiar los látigos por hachazos de aizkolari. Triunfo total que coronan con un vídeo que acaban de estrenar en esta web, donde vuelven al paisaje del original, pero lo rematan con imágenes de la ya famosa El desfiladero de la muerte, donde se cuenta la historia de una caravana de pioneros vascos que en su camino hacia el Oeste bailan flamenco alrededor de la hoguera, se comunican a través de irrintzis y dan unos brincos sobrenaturales. Hay más canciones, por supuesto, pero no te lo voy a contar. Ahora, te toca a ti darle la vuelta a uno de esos vasos plegables, idealmente rojo, y ponértelo en la cabeza, antes de empezar a bailar como una loca en este guateque ochentero en las fiestas de Mendaro. Cuando termines, o pares para descansar, me lo cuentas.

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