Los reyes hawaianos del crimson ghost se descoyuntan en la cresta de la ola. En su tercer disco largo muestran un afán mas que notable por desentumecer los músculos para no quedarse fofos. Si en “Y El ejército de las calaveras” y “Regresan de la tumba” definían y desarrollaban sus constantes a la hora de rubricar instrumentales con denominación de origen -con permiso de Los Coronas o Imperial Surfers-, con “Mueven el esqueleto” no se quedan mancos y meten la quinta directa. Estas quince canciones son la demostración de que estos discípulos aventajados de Link Wray y The Shadows saben liarla parda con intenciones netamente rockeras (“Bala de plata”, “Fuego“, “Sombras“, “Los jíbaros“), o espíritu manifiestamente punk (“Mar cel“, “Justicia”, “Tridente”). En “La cuerda floja” y en la “La colonial” flirtean con las sonoridades latinas gracias a unos arreglos de acordeón, pero la tónica son los números bailables. Esos que se incluyen en las juke-boxes e incitan a calzarse unos boogies. O mejor dicho, unos botines de neopreno con los que marcarse unas coreografías sobre la tabla.
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