La sangre del mundo

En su quinto disco, el murciano Muerdo sigue explorando los géneros latinoamericanos que le han llevado a constituir su tan característico sonido hoy en día. Un larga duración de once piezas, incluido un bonus track, que nos hacen viajar, como él mismo dice, “de Madrid al cielo y del cielo al sur del sur”.

El viaje lo inicia junto a Niño de Elche en “Sur del Sur”. Aquí ya intuimos lo que viviremos en el transcurso del álbum, ya que poco a poco nos va sumergiendo en sonidos de otros países. En el tema “La sangre del mundo” ya podemos percibir este cambio, aunque sigue de cerca un esquema más de pop. En este tema nos trae un mensaje de humanidad y positivismo que podemos ver en otras canciones como “Avanza” o “Aguacero”. Aunque también hay hueco para reivindicaciones. El intérprete versiona “Yo pisaré las calles nuevamente”, el mítico himno de Pablo Milanés, en torno a las revoluciones chilenas. Esto refuerza la máxima de que Muerdo no es solo música de entretenimiento, también de aprendizaje.

La pieza se encuentra casi a mitad del disco, justo cuando aterrizamos en los temas más latinoamericanos. A partir de aquí la transformación ya es total y composiciones como “Mensajero” o “Tierra Sagrada” así lo confirman. Dos creaciones que aúnan el sonido del artista en dos culturas tan diferentes como son el reggae jamaicano y el folclore mexicano. Este trabajo se puede resumir en “Coplas”, esta producción, hecha a base de textos básicos dentro de la cultura sudamericana, está reforzada por sus acompañantes Perotá Chingó y Chancha Via Circuito. Es la unión total entre la cultura mediterránea y aquellas que hay al otro lado del charco. De esta manera, Muerdo nos muestra cómo sigue evolucionando musicalmente, a pesar de conservar su esencia en la sonoridad. Un viaje desde Murcia hasta lo más profundo de Latinoamérica que se sintetiza como un auténtico transcurso de géneros. Un álbum que consolida a un artista que no tiene miedo en probar distintos estilos y que antepone lo humano a todo lo demás.