A Mourn las conocimos hace aproximadamente una década, cuando ya apuntaban maneras de una forma pasmosa comiéndose los escenarios de festivales como el Primavera Sound o el Pitchfork Music Festival de Chicago allá por 2015 presentando su primer LP homónimo tras su formación en 2013 siendo poco más que unas adolescentes recién salidas del instituto llenas rabia y ganas de hacer música inspiradas por artistas míticos como como Nirvana, PJ Harvey, Sunny Day Real Estate, Sleater-Kinney o Fugazi.
A Jazz y Leia, voz y guitarra y bajista respectivamente, no sabemos si les viene el talento de la cuna que su padre Ramón (The New Raemon en solitario y parte de Madee y Ghouls'n'Ghosts) mecía cuando eran unas niñas, pero lo que sí está claro es que tanto a ellas como a la guitarrista Carla les corre la música por las venas y que su carrera no ha hecho más que empezar a pesar de que “The Avoider” sea nada más y nada menos que su quinto LP y de que ya hayan recorrido más mundo esparciendo su mensaje que la mayoría de gente a su edad.
Con Oriol Font (Los Valientes) ya asentado en la batería en el lugar que ocupaba Antonio Postius (parte de la última formación de Madee y ahora en Barg) y tras la aportación de Víctor Pelusa (Anchord, Tano!) en “Self Woth” y algún directo, esta nueva formación trae de nuevo la frescura del rock noventero potente acicalado con pop, punk y un “ruidismo” milimetrado a través de once nuevas canciones que componen “The Avoider”, álbum producido por Santi y Víctor García y publicado a la par por los sellos Montgrí de Cala Vento y por Cielos Estrellados, con los que debutan tras pasar por la disquera americana Captured Tracks y por Subterfuge.
“The Avoider” tiene todo lo que se podría esperar de un disco de rock contemporáneo: frescura, estribillos, guitarras y la justa inmediatez para disfrutar sin sentir que te has comido canciones de más o que éstas te han dejado con hambre. En treinta y dos minutos, Mourn destacan al unísono entre la luz y la oscuridad añadiendo incluso trompetas en varias canciones que traen directamente a la memoria a The World Is A Beautiful Place & I Am No Longer Afraid To Die, American Football, Cap'n Jazz o Foxing y dando un toque orquestral y elegante al conjunto.
La quinta referencia de las catalanas es una muestra perfecta de que este sigue siendo su momento. Sin renunciar a sus orígenes e influencias principales, se reconoce al momento que son ellas tanto en las canciones más pop como “Could Be Friends” (primer y único adelanto del LP -se agradece incitar a una escucha completa en plena época de sencillos semanales a tutiplén-) o en la tan ochentera como machacona “The Avoider” (que comparte con “Wasted Day” un tímido acercamiento a los sonidos más electrónicos) así como en las poderosas “Headache”, “Aftertaste” y “Scepter”, en las cuales también brota el pop punk de comienzos los años dos mil.
Así como en “Truck Driver” y “At Midnight” nos recuerdan a una PJ Harvey absorbida por el emo, en todo el conjunto de canciones nos van transportando a diferentes estilos, incluyendo el folk en “Heal Hill” (donde mezclan inglés y castellano), sosteniéndose en el rock como base y sin perder la pegada ni la esencia en ningún momento y condensando todo su jugo en este nuevo artefacto que parece apuntar un poco más alto que sus dos anteriores referencias.
Podemos decir sin miedo que Mourn son el presente y esperemos que parte del futuro del rock peninsular, ese que será recordado con cariño por las mujeres del futuro cuando éstas decidan colgarse una guitarra o agarrar un micro para hacer ruido gracias a todas aquellas que antes abrieron un camino, sean Mourn, Dover, Bala, Hinds, Belako, Ginebras, Sandré o Bones Of Minerva sus mentoras. El sexo y la identidad está cada vez más lejos de ser un impedimento o distinción en la industria, y todas ellas son “culpables” de que este cambio esté siendo una realidad.
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