Es muy habitual que un artista alcance cierta madurez musical como para hacer una obra sólida y coherente cuando ya lleva los suficientes años en la carretera como para hacerlo. De hecho, parece un razonamiento lógico. Pero, en el caso de Moses Sumney, ese proceso se produce no solo porque es un artista que puede decir que ya han pasado seis años desde su debut, sino también porque su camino hasta “græ: Part 1” no ha sido uno lleno de rosas, precisamente.
“græ” es todo un homenaje a esas tonalidades grisáceas que están ahí para los que no creen en que todo es blanco o negro en la vida. Un concepto sobre el que pivotan todas las canciones de esta primera parte de un álbum doble que ha supuesto el (por fin) verdadero puñetazo en la mesa por parte de Sumney. Porque mientras muchos altos cargos de la industria musical pretendían crear “el nuevo Frank Ocean” basándose en ideas preconcebidas (como el hecho de que, por su color de piel, su carrera debía inclinarse hacia el R&B o el rap), Moses iba a su rollo. Se empezó a mezclar con círculos entre los que estaba –su ahora amiga– Solange; su sonido comenzó a interesar a su adorado Sufjan Stevens y, de pronto, una voz en su mente le dijo que todo estaba yendo bien. ¿El resultado? Un disco personal, hecho con mimo y con las cosas claras. Resulta difícil encasillarlo en un género musical concreto (si bien coquetea con el pop y el soul alternativos), pero quizás ese “área gris” que transmite el sonido del trabajo es justo el mensaje que Moses Sumney intenta predicar.
Entre los mejores cortes se encuentran “Polly”, “Cut Me” y “Virile”, esta última dedicada a la erradicación del concepto tóxico y limitante que se tiene sobre la masculinidad y el género, una causa por la que el de Asheville lucha constantemente con sus actuaciones, vídeos y puestas en escena. En general, Moses Sumney consigue sumergirte en su universo de falsetes, pero a veces el oído pide un pequeño cambio de registro a modo de alivio, algo que ni los cuatro interludios puestos a lo largo de su tracklist consiguen. Ahora queda preguntarse si esa “Part 2” tiene sentido que exista y que salga meses después (a pesar de que en ella ya sabemos que se encuentra la magnífica “Me In 20 Years”, una de sus mejores canciones), o si, al final, “lo mucho” acabe por cansar al público.
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