Un cambio de rumbo, en sus patrones musicales, que les ha llevado de ser un grupo de funk-rap-metal con toques crossover a lo Faith No More, a ser un grupo de hard rock retorcido de aires grunge, con una bella ampulosidad musical sustentada en la fórmula tempestad-calma-tempestad. Y lo cierto es que, tras escuchar hasta la saciedad este disco, (cuidado crea adicción) uno no puede más que augurarles un nuevo y arrasador éxito en todo el mundo. No sólo confirman lo aportado en el anterior sino que encima lo pulen y adecentan tanto, o incluso más, que su renovada imagen de chicos guapos. Pero que nadie se lleve una falsa impresión de esta banda, que aquí hay grandes canciones. Momentos de bella intensidad, pasajes enternecedores y furiosos trallazos de rabia contenida que me llevan a afirmar que, en su caso, la fama y las ventas son, pero que muy merecidas.
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