El tiempo pasa a velocidad de vértigo en el universo pop. Prodigy fueron los primeros en popularizar el dance y descubrirle a la parroquia indie de aquí lo que era una rave. Llegaron los primeros a la meta sacando un par de cuerpos de ventaja a The Chemical Brothers, materializaron los tímidos intentos previos de Happy Mondays y The Stone Roses para encamar rock y electrónica, hasta hacerse definitivamente mediáticos con “The Fat Of The Land”. Después, la decadencia: muchos años para entregar el mediocre “Always Outnumbered, Never Outgunned” en un momento en el que el cauce del río fluía en su contra. Y hoy la entronización: dieciséis años después de su debut (se dice pronto, pero es el tiempo que separa a Fugazi del Elvis de Las Vegas) ya toca. Y ésta llega de la mano de unas ediciones expandidas de sus dos primeros trabajos, “Experience” y “More Music For The Jilted Generation”, emblemas de un tiempo y un lugar en que se revivió el sueño hippy entre vahídos nihilistas. Las numerosas remezclas, caras B y tomas en directo que se incluyen en los respectivos segundos discos no hacen más que aumentar la sensación de nostalgia. ¿Por qué digo nostalgia? ¿Qué mejor banda sonora para hacer frente a los desesperados intentos de Gallardón y sus hombres de Harrelson por cargarse la noche madrileña? A propósito, tienen nuevo disco a la vuelta de la esquina.
I'm not the type that listen piano plays/songs, but damn that guy makes me stare at the sceern and the hair on my arms and back is? going straight!