Monterey

Si eres un auténtico folk-head y te has mantenido fiel a nuestra publicación, The Milk Carton Kids no te resultarán unos desconocidos. Su anterior y segundo álbum “The Ash And Clay” ya fue seleccionado en 2013 como uno de los diez mejores discos de folk en las habituales listas que confeccionamos todos los años los especialistas de la revista.

La pericia que atesoran Kenneth Pattengale y Joey Ryan a la hora de tocar sus acústicas, doblarlas una sobre la otra y acompañarlas de unas excelsas armonías vocales, sin necesidad de ningún ingrediente más, ni ningún artificio, les ha valido nada menos que un premio Grammy al mejor álbum de folk y el reconocimiento en su país, aunque este no se traslade, por el momento, al resto del mundo. Y francamente, no creo que eso sea algo que vaya a cambiar con este, su tercer álbum.

“Monterey” es un disco en el que el dúo ha movido muy pocas fichas. Si cabe podríamos decir que hay un mayor número de tirabuzones con las cuerdas de nailon, al modo de por ejemplo unos Rodrigo y Gabriela, aunque sin llegar para nada a esa tendencia de los mexicanos hacia el barroquismo instrumental. Aquí la elegancia y el sosiego son los que marcan la pauta. Lo malo es que tanta calma acaba por alcanzar una languidez tan extrema que se transmite al oyente, y al disco le falta el pulso que sí tenía el anterior.

La curiosidad del álbum, no obstante, reside en que la grabación del mismo se ha realizado en plena carretera, aprovechando la reverberación natural de las salas vacías, e intentando captar, lográndolo, una proximidad de sala de estar que puedes comprobar cerrando los ojos e imaginando a esta pareja sobre la alfombra de tu comedor. Un acierto que juega a favor de una música que solo cabe catalogar de balsámica.