Daño físico

La segunda referencia de Monteperdido –tras aquel mini elepé homónimo de siete temas que vio la luz en 2020– debía tener, por fuerza, una duración compacta de apenas treinta minutos. Era la única manera de que la obra resultase coherente con esa inmediatez, descaro y urgencia que destilan sin tapujos todas y cada una de las canciones con la firma del grupo. El combo saca definitivamente pecho con ‘Daño Físico’, un disco de indie-pop embrutecido a conciencia a base de guitarrazos y ritmos acelerados, que sigue aquellas máximas señaladas por el alma punk latente en su seno.

Un trabajo de mensaje realista y ocasionalmente duro (quizá incluso pesimista dependiendo del prisma del receptor), que presenta una visión tan hastiada como en la práctica alejada de la rendición definitiva, insinuando un halo de esperanza en el fondo de las escenas. Es en torno a esa capacidad para revolverse contra las adversidades en donde el quinteto parece encontrar motivación para componer canciones, las mismas que los madrileños presentan sin filtros en un trabajo que ve la luz bajo el sello de calidad de Sonido Muchacho. Es ahí donde agitan la verticalidad de la inicial “Año 2K”, el single “Vas a petar”, “RIP”, la brumosa “Pasión”, “Daño físico” o la noventera “No estoy bien”.

‘Daño Físico’ es un disco en el que arrojo juvenil y la convencida actitud palpable en cualquiera de los nueve cortes que conforman el álbum resultan elementos añadidos del entramado, igual de imponentes que la consistente instrumentación levantada por Tomás, Diego, Willo y Dani o la voz honesta e hiriente de su cantante Bego afilando la narrativa. Un trabajo sólido y por momentos incluso asfixiante, que avanza imparable y con intensidad inmutable desde su explícito inicio hasta el acorde final, hasta señalar a Monteperdido como una de las nuevas bandas de guitarras a seguir junto a nombres como los de Menta, Cora Yako, Diamante Negro o La Paloma.