Llegados desde otras aventuras de mayor o menor trayectoria, el trío pamplonica Monte del Oso no se anda por las ramas en su debut. No en la urgencia de las fechas manejadas, grabando el disco a los pocos meses de tomar forma como banda. Ni en la turgencia de unas canciones que se convierten en un auténtico sube y baja de melodías manchadas por la fuerza del rock y las gotas del punk.
Con el punto de mira en lo mejor, más directo y eléctricamente implosivo de la independencia de los ochenta y noventa, ya sea la fuerza melódica de unos Sugar a los que parecen abrillantar o la disonancia de Dinosaur Jr, son capaces de levar contundentes joyas de power-pop como “Te ayudaré con esto” o “Como agua entre las manos”; recitar sabrosos juegos llenos de ironía, como “Perdón Nº 67”, y levantar chispazos de electricidad bruta en “La Eternidad”. Y su guiño nominativo a Kerouac termina por otorgar placer a este dolor.
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