Aumentan los getxotarras los ambientes vaporosos en su último ep, cinco canciones de nuevo producidas por Jon Aguirrezabalaga en los estudios El Tigre de Bilbao y que cuentan esta vez con la colaboración puntual de Deu Txakartegi. Y seguramente el uso de una palabra como “texturas” sea bastante manido en los últimos tiempos y un latiguillo con el que salir del paso en muchas ocasiones, pero encaja a la perfección en Monos.
Principalmente en las tres primeras canciones, “Luces”, “La corriente” y “Maastritcht”, en las que esos vapores se elevan entre arreglos de sintetizador en la primera, ritmos bailables en la tercera, y un regusto a viejas glorias de los 80 en la del medio. Porque seguramente los propios Monos documentarán referencias musicales cercanas a los años 90, edad obliga, pero todo tiene su propio pasado, y éstas podrán seguirse hasta glorias foráneas como The Psychedelic Furs o patrias como Décima Víctima.
Eso sí, vapores, texturas y ambientes, en este caso con mayor concreción en las líneas melódicas, estarán siempre envueltos de la densidad que marcan sus bajos y el contrapunto de guitarras, rasposas en la parte final de “Olas perfectas”, y sentidas en la espléndida “Mick Fanning”, suponemos que advertencia lírica y musical al surfista australiano que sufrió un ataque de tiburón durante una de las pruebas del mundial el año pasado. Salió ileso, pero ha dado lugar a una gran canción, con los ribetes surrealistas que siempre han jalonado las letras de Monos.
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