Anathema
DiscosMonodrama

Anathema

8 / 10
Ricky Lavado — 30-09-2019
Empresa — Everlasting Records
Género — Jazz

A veces uno se topa por sorpresa con un disco que, sin que puedas explicar muy bien los motivos, resume de forma mágica todo lo que te interesa en ese preciso momento, provocando la extraña y a la vez maravillosa sensación irracional de que es el disco el que te ha buscado a ti, esperando con paciencia y astucia el momento idóneo para manifestarse y sacudirte de pies a cabeza. Algo así me ha ocurrido con Monodrama, un enigmático y misterioso trío instrumental madrileño al que no tenía el placer de conocer, y su recién publicado Anathema: una joya de disco que, en mi modesta opinión, es, con diferencia, de lo mejorcito que ha salido de este país en mucho, mucho tiempo.

Formalmente, y a modo de punto de partida para encarar la difícil tarea de definir o explicar las cinco piezas que dan forma a este trabajo, supongo que podemos encuadrar a Monodrama dentro de los parámetros del jazz, si bien el enfoque que le dan a su música los aleja de la concepción más cerrada y academicista del estilo y los sitúa en sintonía con toda la explosión de urgencia creativa, desde el underground y con la mirada puesta en el futuro, que está viviendo actualmente el mundo del jazz con figuras como Makaya MacCraven, Nubya García, Ambrose Akinmusire o Jaimie Branch.

Todo en Anathema suena natural y orgánico, dando como resultado un conjunto tan heterogéneo como sorprendentemente coherente. El virtuosismo en estas canciones, que lo hay, siempre está al servicio de lo emocional y lo evocador, alejado en todo momento de lo puramente ornamental y lo excesivamente cerebral. Cada pieza es un universo en sí mismo, y a pesar de ello la suma ofrece una sensación de extraña cohesión.

Este disco suena a tres tipos dialogando entre si en un idioma inventado que no entiendes del todo pero por el que te sientes fascinado. En ese proceso comunicativo, que funciona como motor creativo, todos se escuchan y se dan espacio. No se trata de tres músicos dándose codazos en ejercicios de lucimiento y destreza técnica, esto va de dar rienda suelta a un espíritu de experimentación y libertad creativa con la vista siempre puesta en el groove, la elegancia, la frescura y la idea de juego. Como Medeski, Martin & Wood, pero de Madrid.

Por momentos, como en “Horrible Dictu” o “Totus Tuus”, el dialogo toma el camino de la tensión y los desarrollos obsesivos, y se cierra sobre sí mismo de forma áspera y oscura a base de baterías frenéticas y progresiones ácidas y retorcidas de teclados y saxos, que se aproximan a sonoridades free jazz, sin caer nunca en la abstracción y el ruidismo gratuitos, recordando de igual forma a los Tortoise de 'TNT 'que al John Zorn de 'Electric Masada'. En otros momentos, los más mágicos e interesantes del disco, en mi opinión, ese dialogo se llena de oxigeno y luz, y se instala en la calma y la elegancia, en forma de desarrollos de carácter cinemático y ánimo contemplativo, como en la titular “Anathema”, con sus atmósferas misteriosas de banda sonora, o la preciosa “Hic Et Nunc”, todo un despliegue de belleza y sencillez en un ejercicio tan elegante como hipnótico de sintetizadores y vientos suaves sobre bases de hip hop downtempo y un tratamiento de la quietud, el espacio y la armonía emparentado de forma improbable con gente tan dispar como The Comet is Coming o incluso Boards of Canada.
Háganse un favor y déjense atravesar por este disco, es un viaje que vale la pena.

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