Si siempre resulta gratificante toparse con un disco de calidad, todavía lo es más comprobar que ese satisfactorio resultado es la consecuencia de un paulatino proceso de evolución en busca de una identidad más precisa y afianzada por parte de sus autores. Esta es la situación perfectamente aplicable a la banda vasca Mocker’s, que a través de su tercer y más reciente trabajo, “Oreka Ahula”, nos enseña ese aprehendido muestrario de robustos sonidos con origen setentero, que incluye desde el blues a sobre todo el hard-rock pasando por la psicodelia, pero manejado bajo un espíritu menos inmediato que en pasadas entregas y cediendo terreno a unas estructuras más intrincadas. Una decisión relacionada íntimamente además con el propio contenido argumental del álbum, lo que redunda en ese admirable sentido de complejidad por el que apuesta.
Todo este -palpable pero para nada drástico- recorrido ejercitado por el trío proveniente de Durango ha desembocado en la elección del euskera, su idioma nativo, como lengua única con la que expresarse en sus nuevas composiciones. Determinación que señala la clara intención de avivar los lazos que les relacionan a su propia obra y a su vez facilitar dar un paso más allá en unas -ya habitualmente cuidadas- letras con las que hilar todo un entramado conceptual, posibilitando una reflexión sobre la siempre frágil condición humana pese a la edulcorada visión ofrecida por un artificioso presente.
La apertura del disco por medio de una pieza como la canción homónima, de delicado y envolvente sonido acústico, simboliza, pese a suponer su forma una excepción, el anticipo de las intenciones por reflejar una propuesta de un rango estilístico más dilatado. Tras ese sutil primer sorbo, las guitarras van a arreciar sin descanso, encaminadas por unos riffs con origen en bandas clásicas (Black Sabbath o Led Zeppelin) pero asimiladas bajo un poso más contemporáneo que igualmente las puede unir a Wolfmother o a referentes, sobre todo en esa idea musical expansiva, más cercanos en tiempo y lugar, caso de los vitorianos The Soulbreaker Company. Así, entre ráfagas de electricidad, transcurrirán la trepidante “Taurus” o una “Érebo” que ya se lanza a jugar con los cambios de ritmo y la explosividad instrumental. Muestras ambas de un músculo que no atrofia en absoluto la capacidad para dibujar de forma grácil diversos matices pero que tampoco se avergüenza de reivindicar su condición, hecho visible en la “hardcoreta” e incisiva “Chrono”.
Los pasajes más envolventes y donde se certifica la mayor elaboración alcanzada por estas composiciones, entre las que se filtran nombres tan diversos como Hawkwind, Pink Floyd, Comets on Fire, Atavismo o varias de las bandas asociadas al sello Spinda Records , del que no es casualidad que ahora forme parte este trío vasco, quedarán plasmados en “Marte”, interpretada desde una épica espacial, a través de la elegante energía desprendida por “Libra” o con los casi diez minutos del profundo carrusel de intensidades que es “Pangea”.
Mocker’s avanzan, evolucionan, cada paso que acometen parece ir destinado a mostrarnos nuevas capas de su más íntima personalidad , una curtida en las directrices del rock setentero pero que se niega a quedarse enclaustrada en ellas. “Oreka Ahula” representa una sincera mirada sobre ellos mismos pero también hacia el mundo que les rodea, construyendo así un trabajo arriesgado y complejo, que golpea y cautiva, que transforma la tradición en un lenguaje actual propio, aspiración de todo creador y aquí lograda por este joven terceto.
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