Tras publicar “Reprise” (Deutsche Grammophon, 21) hace un par de años, parece que Moby le ha cogido el gusto a eso de revisionar parte de su catálogo, en una tendencia que suele dejar resultados entre lo aceptable y lo infausto, pero que difícilmente suele imponerse como acierto sólido. El caso del autor de “Play” (Mute, 99) no resulta una excepción, y seguramente “Resound NYC” no era necesario ni supondrá un activo clave dentro de la ya generosa carrera del norteamericano. Pero, al mismo tiempo, la referencia evita pasar a engrosar el casillero de los desastres mayúsculos, tal y como (por ejemplo) ocurría con ese ofensivo despropósito perpetrado por U2 en “Songs Of Surrender” (Universal, 23).
Con la excusa de rearmar temas compuestos o registrados entre 1994 y 2010 en Nueva York (y que, por tanto, cabe suponer que resultaron influenciados por el influjo de la Gran Mazana), Richard Melville Hall entrega un total de quince canciones protagonizadas por adornos inéditos, ambiciosos arreglos y un buen número de voces invitadas. Una apuesta orquestada, a conciencia y en todo momento, con una imponente sonoridad luciendo como hilo conductor de los setenta minutos. La referencia presume (para bien o para mal) de canciones engalanadas, en su mayor parte con buen gusto y en otras ocasiones excedidas de grandilocuencia, pero que en ambos casos tienden a asumir con naturalidad las ideas actuales del músico.
“Resound NYC” convence (lo que no es poco en este tipo de producto) en su primera mitad, con lecturas de canciones de por sí inspiradas y ahora realzadas a una nueva vida como “In My Heart” (con Gregory Porter), “Flower (Find My Baby)” (con Amythyst Kiah), “Extreme Ways” (con Dougy Mandagi), el “Helpless” de Crosby, Stills, Nash & Young (con Margo Timmins y Damien Jurado), o la todavía preciosa “Slipping Away”. Por el contrario, es en el tramo final donde el asunto se vuelve denso y algo tedioso, con piezas del tipo de “When It's Cold I'd Like To Die” (con P.T. Banks), “Second Cool Hive” (con OUM y Sarah Willis) o “Hyenas”, recordando por qué este tipo de invento suele resultar excusable.
Fuera como fuese, “Resound NYC” –segundo álbum del autor para el sello clásico alemán Deutsche Grammophon tras el mencionado “Reprise” (Deutsche Grammophon, 21)– presenta como credencial y principal virtud la reivindicación de Moby como autor, más allá de aquel intachable “Play” (Mute, 99) con el que logró fama mundial. Un compositor hábil cuando se trata de escribir canciones sentidas y emocionantes, capaces de dejar un tipo de poso específico que ahora se reactiva parcialmente gracias a las seleccionadas. Aunque sea en base a una maniobra nostálgica y algo tramposa como viene siendo regrabar tus propias canciones con la (poco imaginativa) intención de presentarlas en otro envoltorio.
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