Phoenix
DiscosMississippi Queen & The Wet Dogs

Phoenix

8 / 10
Jon Bilbao — 28-11-2024
Empresa — Autoeditado
Género — Soul

El dúo —quinteto cuando toca la banda al completo— bilbaíno acaba de lanzar al mundo su segundo disco, una atractiva colección de canciones que gravitan entre el hielo y el fuego, recorriendo el ya conocido aunque aún estimulante e importante camino que lleva de las relaciones que se desintegran a las nuevas que insuflan vida y energía. Se abre un nuevo ciclo, se siente la vibración de una melodía inédita.

El carácter conceptual del álbum requiere de una canción introductoria como “Welcome Home”, que apoyada en unos elevadores coros gospel despega hacia el cielo con decisión y muy buenos resultados. “Get Back Up”, un funk directo y motivador, se vuelve irresistible con su entrecortado ritmo y a través de algunos solos de guitarra eléctrica que con tanta solvencia maneja Aitor. Una canción que seguro que en directo suena como un cañón.

Todo el disco desprende un aroma a soul —en toda su magnitud, en un sentido amplio— incluida “Running to You”, que también lleva solo eléctrico y un ritmo de piano ragtime que sustenta la canción, como bien apuntaba su cantante, Inés, en la reciente entrevista que realizamos (link aquí), aunque en un fragmento que quedó inédito. Encontramos dos baladas que son transportadas por la guitarra acústica, el tema de ruptura “Cold Hands”, sobre la que su autora afirma que es “como la bisagra del disco” al dividir una primera parte, cabreada, de la segunda, más relacionada con la esperanza, y “NYC”, una sencilla y preciosa melodía arpegiada —y de despedida para su hermana cuando se mudó— que será lo más country-folk que ha editado el grupo.

El funk con el que se suele relacionar a la banda vuelve a aparecer en la tórrida “I’m Yours”, y el gospel hace lo propio en el resultón single “I Found a Love”, que lleva una sección de órgano hammond totalmente arrolladora. La secuenciación del álbum es excelente y cuenta una historia de principio a fin. Cierran con otro de los baladones, “Song for Silvia”, en esta ocasión dirigido por la guitarra eléctrica limpia y apoyada únicamente en esta y en la suave voz de Inés, que en modo nana le canta a su niña pequeña.

Un gran paso adelante para un grupo que sigue auto descubriéndose tras cada nuevo movimiento, como todos en realidad, pero con la suerte de poder disfrutar de sus logros y creaciones. Vuelven a mantenernos en el particular club de los creyentes, de los que piensan que la música tiene incluso propiedades sanadoras.

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