Este encuentro generacional entre Esperanza Spalding y Milton Nascimento congrega la fuerza espiritual de un homenaje en el que la devoción por una obra inmensa como la de Nascimento define el nivel de sentimiento y seriedad con la que se encaran estas canciones. Es que en este álbum y también en sus incursiones con Wayne Shorter justo antes de que este falleciera, Esperanza se da el gusto de volver a poner en potenciada exposición a iconos de la música del siglo XX. Por supuesto que el gusto es personal, pero es de agradecer que sus ideas viren hacia el concepto de rescatar y celebrar carreras realmente influyentes.
Para esta empresa Esperanza se mudó a Río de Janeiro por diez días junto a su estelar elenco de colaboradores. El gang multicultural tomó los estudios Cia dos Técnicos –mítico establecimiento en el que grabó Sarah Vaughan y se registraron las demos del “In Utero” de Nirvana– y llevó la máxima de la cocina a la música: con tiempo se cocina mejor. El grupo comandado por la magia de Milton y los arreglos y el enfoque de Esperanza, tuvo tiempo y con ello la posibilidad de pensar y repensar (y grabar y regrabar) la música; y ese aplomo, esa solvencia interpretativa son algunos de los rasgos que elevan la nota de este álbum.
El repertorio se reparte entre algunos standards de Milton re-arreglados por Esperanza (“Outubro”, “Cais”, “Morro Velho”), nuevas composiciones de la compositora y algunas versiones escogidas con lupa y ejecutadas con tanta pleitesía como personalidad, destacable aquí la lisérgica “A Day In The Life” de Lennon-McCartney y la emotiva “When You Dream” de Wayne Shorter, con la voz invitada de su viuda, Carolina Shorter.
Aún siendo acompañado en distintos momentos del álbum por invitados de la talla de Lianne La Havas, Dianne Reeves, Paul Simon o Maria Gadú, el tándem de voces entre la de Spalding, airosa y dulce, y la de Nascimento con toda su historia a cuestas es el elemento sonoro que decide la atmósfera general del disco, un evento de inspiración reluciente, cimentado en climas que van de lo psicodélico a lo entrañable. Semejante colección de logros se cristaliza también gracias a la excelente participación del núcleo de la banda de gira de Spalding, entre quienes están Matthew Stevens en guitarra, Justin Tyson en batería y uno de los grandes maestros del piano de hoy día, el argentino Leo Genovese.
Entregarse a una escucha consciente de “Milton + esperanza” es revelador, es un ejercicio en línea temporal difusa, donde la profundidad de la música juega sus mejores pasadas, inspirando, poseyendo y abriendo caminos.
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