Millencolin son una institución del punk rock. Formados en 1992, su memorable legado de velocidades vertiginosas en "Life On A Plate" (95) o de exquisitos medios tiempos en "Pennybridge Pioneers" (00) resultan imposibles de olvidar. Los suecos llegaron incluso a flirtear con el rock alternativo en "Machine 15" (08), aunque en ese caso la jugada les saliese rana. Por suerte, en "True Brew" (15) Millencolin regresaron al punk rock, y en ese punto se reafirman con “SOS", un disco que empieza fuerte con el tema que le da título, una pieza que equilibra muy bien armonía, velocidad, líneas vocales y que acaba brindando un estribillo emblemático.
El tempo baja, pero la garra sigue en "For Yesterday”, canción que podría recordar al último disco de los también suecos 59 Times The Pain. A partir de ahí, “SOS” avanza repleto de estrofas y estribillos pegadizos, pero a la vez bastante previsibles. ¿Previsibles? Efectivamente. Cuando uno se da cuenta que ya sabe lo que va a venir, el hechizo se rompe. Y eso es lo que sucede, claramente, en “Nothing" o en “Do You Want War”. En cambio, lo que nadie se iba a esperar es el misterioso vocoder que aparece en el estribillo de "Yanny & Laurel”.
Por lo que respecta a las letras del álbum, vienen con más carga social que de costumbre. “Dramatic Planet” se pregunta sobre el verdadero origen de los conflictos mundiales, además de hacer un guiño a “Boring Planet” (canción de 97), mientras que “Carry On” se centra en la gente aletargada que no tiene más objetivo que “tirar hacia adelante”.
Puede que los suecos hayan caído en la trampa del auto spoiler melódico. Aún así, intros espectaculares como la de “Trumpets & Poutine” y temas redondos como “Reach You”, incluyendo además unos buenos quiebros de batería, hacen de "SOS" un disco técnicamente impecable con canciones que difícilmente se irán de tu cabeza, para bien o para mal.
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