Miki Barenyi bien podría haber sido, con frecuencia, infravalorada. En los noventa, su banda Lush quedó atrapada (de rebote) dentro de aquella corriente del Britpop desarrollada bajo el yugo masculino que hizo que, con frecuencia, las formaciones femeninas fueran desterradas a un plano secundario. Sin embargo, el grupo coliderado por Barenyi junto a Emma Anderson dejó discos de obligada escucha dentro de la década como “Split” (4AD, 94) o “Lovelife” (4AD, 96). Tampoco salió mal aquella suerte de supergrupo más reciente llamado Piroshka, del que británica formó parte junto a miembros de Moose, Modern English o Elastica.
Sin embargo, es ahora, en base al que puede considerarse el debut de la artista (más o menos) bajo su propio nombre (Miki Barenyi Trio y acompañada de Kevin McKillop y Oliver Cherer, para ser exactos), cuando el talento de la autora aflora definitivamente desatado y deja, de una vez por todas, escaso lugar a las dudas. Un momento que (casi) coincide en el tiempo con la publicación del excelente libro de memorias de Barenyi, “Cruzando los dedos” (Contra, 24), propulsor de una impactante y esclarecedora lectura que también habría reivindicado la figura de la británica.
Lanzando en 2025, lejos ya en el tiempo de aquellas modas predominantes cuando Lush estaban en activo, “Tripla” es un álbum capaz de convencer al más escéptico, manejado con la seguridad de la veterana entre dream-pop, shoegaze y electro-pop oscurecido hasta alumbrar nueve piezas dispuestas con sedosidad y coherencia en una de esas obras dotadas con un tipo de sentido global cada vez más en desuso. Entre la cadena, cortes que destacan del tipo de “Kinch”, “8th Deadly Sin”, “A Different Girl”, “Vertigo”, “Big I Am”, “Ubique” o “Manu”.
El debut de Miki Barenyi Trio desprende sensaciones francamente positivas, con canciones sugestivas y, a pesar de manejarse por territorios conocidos, ambiciosas y volcadas en la búsqueda (con gusto) del detalle. “Tripla” es, en resumen, un trabajo sólido y sin bajones, en el que cada uno de sus cortes suma y que convencerá a los seguidores de Lush, pero que también dejará satisfechos a los fieles de formaciones sitas en el olimpo del mencionado mapa estilístico como Coteau Twins, Ladytron, Stereolab o Slowdive. Un título para celebrar y reconfirmar que, en efecto, Miki Barenyi venía siendo poseedora de un importante talento compositivo.
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