Seeker

La carrera de Mikal Cronin continúa por los derroteros más lógicos que cabría esperar, encontrándonos un nuevo trabajo que refleja como el californiano ha sabido construir una personalidad musical totalmente identificativa y alejada de la sombra de Ty Segall. Hace ya un par de trabajos que se despojó de todo atisbo garagero para guiar sus canciones a través de una vía bastante popera muy asentada en el sentimiento de guitarras que tienden hacia lo épico. Un giro a la postre acertado ya que hemos podido contar todos sus trabajos por triunfos sin necesidad de recurrir a su versión más acelerada y frenética.

En este nuevo "Seeker" se consolida totalmente esta faceta, dotando a cada tema de arreglos de corte clásico pero haciendo que nada parezca calculado, sino más bien pasional y entregado a la esperanza frente a los días más extraños. Así es como logra que la coraza rock resulte bastante quebradiza a base de incorporar cuerdas, vientos liberadores, teclados cercanos a los de un piano bar y otros matices más acústicos con los que poder ofrecer numerosos giros en los temas. Buena muestra de ello puede resultar un “Lost a Year” con el que es capaz de pasar de lo cálido y hogareño a lo completamente efusivo.

Más detalles que confirman el buen sabor de boca que deja el disco pueden ser los momentos de mayor atrevimiento, aquellos que sin provocar ninguna deriva dentro de las coordenadas establecidas son capaces de generar una ligera sacudida. Sin ir más lejos llama la atención como el inicio del trabajo se produce con una “Shelter” donde la combinación de ritmos resulta tan extraña en un principio como lanzada a preparar al oyente para la cara más orquestal del disco. Del mismo modo las guitarras disruptivas de “Caravan”, ejecutadas con ciertos atisbos hard rock, no logran esquivar la idea de estar ante una canción donde no prime la melodía.

Tanto en su cara más impetuosa mostrada en “I’ve Got A Reason”, como en las composiciones de estado de ánimo un tanto decaído como ocurre en “Guardian Well”, es capaz de guiarlo todo por un apartado melódico muy bien definido y que al mismo tiempo huye de todo tipo de linealidad. Aquí todos los punteos se digieren de una forma agradable, concatenando momentos álgidos y sabiendo al mismo tiempo como templar los ánimos cuando el contenido requiere un mayor carácter introspectivo. Por lo tanto estamos ante su disco más completo y coherente, evidenciando como el empuje juvenil ha sido reconvertido en un nuevo impulso vital de lo más emocionante.