Dos años antes de “Versace” y el correspondiente remix de Drake con el que pegaron el pelotazo que rompió los límites con los que se encontraban sus anteriores mixtapes, el trio de Georgia se descargaba el software gratuito de Yahoo para componer, mientras bregaba con la policía por delitos menores. Hoy, seis años después, acompañados desde entonces por Zaytoven (productor de Gucci Mane, Wacka Flocka Flame, Future, etc.) y bajo el consejo de Coach K (manager de Gucci Mane y Young Jeezy), han abierto el 2017 con un despliegue de éxito que les ha conducido a escalar la cima del mainstream americano. El responsable de ello es su segundo álbum de estudio “Culture”. Un álbum de nombre tan ambicioso como acertado, en el que se consolida su estilo apostando por la naturalidad, pero sin abandonar la condensación silábica entrecortada, la multiplicación del charles y el magnetismo de un bajo que te roba y devuelve la respiración a su paso. Las claves de ello se encuentran en una enérgica oscuridad que nos sumerge en micro-espacios de vacío sonoro como ocurre al escuchar “Slippery” en la que colabora Gucci Mane, y en una instrumentalización de la elocuencia que, más allá del relato o testimonio, se configura como una constante catarata de pinceladas contrasincopadas tan fundamentales como características.
Si con “Young Rich Nation” sentaban las bases de lo que sería Migos, con “Culture” han logrado un espacio saturado de ecos desde el que ubicarse y observar con perspectiva el género. Puntualmente la oscuridad de la que hablábamos líneas más arriba sumada al ambiente misterioso generado por las instrumentales de canciones como “Deadz” (en este caso producida por Cardo y en colaboración con 2Chainz) puede hacernos pensar en otros géneros, y no desacertadamente, pues el propio Quavo es quien verbaliza dichos pensamientos cuando dice: “Tenemos que llamarlo de otra manera. Trap funk” En esta declaración ya podemos encontrar su voluntad de llegar a todos los públicos y no únicamente a los oídos acostumbrados a una caja de ritmos concreta. No por algo han llamado al álbum “Culture” e incluido temas de corte más luminoso como “Out Yo Way” encargada de cerrar el disco o “What The Price” en la que se ajustan cuentas emocionales con curas y profesores y cuya producción corre a cargo de seis manos (808Godz, Keanu Beats, Ricky Racks).
Hace poco Gambino los comparaba con los Beatles, si bien las coordenadas temporales hacen caer la afirmación del rapero en el absurdo, si podría hacernos pensar en la explosión de ambas bandas entre la juventud. En el caso concreto de Migos, es algo que más que claro si pensamos en el número de reproducciones de “Bad and Boujee”, y en la propia jerga que la canción establece que, o tienes menos de treinta y tantos, o estás frente a una semántica de otro planeta.
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