Salvo casos puntuales como “Pimpf”, los temas instrumentales de Depeche Mode han pasado más bien desapercibidos incluso para los fans más entregados. Martin Gore parece querer reivindicar esa faceta de la banda con estos dieciséis nuevos temas instrumentales con los que ha querido componer la banda sonora de una película imaginaria de ciencia-ficción más bien distópica, una intención bien explícita en la melancolía retrofuturista de piezas como “Elk”. Esbozos minimalistas y repetitivos, construidos siempre en torno a una melodía o línea de sintetizador y sazonados con los elementos justos, que oscilan entre la placidez ambient de “Hum” y la violencia industrial de temas como “Stealth” o “Brink”. Pero hay bienvenidas excepciones que ayudan a alejar el experimento de la categoría de capricho autocomplaciente, como esa deliciosa miniatura kraftwerkiana que es “Europa Hymn”, el siniestro “Southerly”, que podrían haber firmado Goblin para una película de Darío Argento o la comatosa “Islet”, hermanada con algunos de los más lustrosos instrumentales de Depeche Mode como “Stjarna” o “Memphisto”. Uno de los más interesantes proyectos paralelos surgidos de los de Basildon, aunque no roce la excelencia creativa.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.