Si existía un grupo del que no esperábamos ver un recopilatorio de grandes éxitos en el mercado, no cabe duda de que se trataba de Brujería. Y eso era fruto de que estamos ante una banda enigmática, por su procedencia, por la caracterización de los personajes que forman parte de ella, por ese cierto anonimato que les rodea y por lo poco accesible de su propuesta (sí, lo más comercial que jamás hayan hecho era su casposa, sangrienta y decadente relectura de “Macarena” de Los Del Río, que titularon “Marijuana”).
Entre sus filas se escondían/¿esconden? miembros de Fear Factory, Napalm Death o Faith No More, con el único fin de soliviantar almas confusas a base de “Machetazos”, “Molestando niños muertos”, con ese acento mejicano y vacilón que nos advertía en todo momento de la tormenta que estaba a punto de llegar. Aquí encontramos diecinueve piezas entre tomas alternativas de sus clásicos, la totalidad de sus singles, una grabación en directo de “Hechando chingasos” y un puñado de remixes algo obviables. La comunidad del chingo vuelve a atacarnos con su fiereza habitual.
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