Metronomy Forever
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Metronomy Forever

6 / 10
Ignasi Estivill Aspas — 30-09-2019
Empresa — Because Music
Género — Pop

Metronomy Forever". Así de grandilocuentes se presentan Metronomy tras tres años de poca actividad. Y, además, con un disco de 17 canciones que roza la hora de duración. Puede parecer falta de modestia, pero se trata más de dejar un legado y trabajar la longevidad de la banda. En su sexto álbum, la pandilla de Joseph Mount ha puesto un poquito del estilo de cada una de sus anteriores entregas, buscando crear una especie de “greatest hits” del propio grupo.

No obstante,”Metronomy Forever” no va a ser el álbum que te haga enganchar a los ingleses, sino que está más pensado para los fans ya existentes del grupo. Es una lista de éxitos, sí, pero más por el hecho que resume bien su trayectoria, no porque tenga hits en sí, como los que se pueden encontrar en "The English Riviera" (11). No obstante, al tener tantas canciones tan heterogéneas, hace que nos encontremos delante de un buen puñado de temas para coger y meter en tus listas. Por otro lado, eso también hace que cueste encontrar un mood concreto para gozar del disco, una disparidad que recuerda a su segunda entrega "Nights Out" (08), y que se aleja de "The English Riviera" y "Summer 08" (16), que son poco parecidos entre sí, pero unidos en que cada uno seguía una línea más clara.

Si Metronomy siempre ha sido una banda complicada de encasillar en un estilo (pop electrónico, indietrónica, electrofunk, synth-pop…), este disco tampoco ayuda. Han hecho literalmente lo que les ha dado la gana; sonido Madchester, electrónica, disco, mucho Funky… Aquí hay de todo. Desde canciones de estilo pop rock como 'Lately' y 'Insecurity', donde predominan los riffs de guitarra, hasta el tema ideal para bodas, 'Salted Caramel Ice Cream', pasando por la balada grunge 'Upset My Girlfriend.'

Daftpunkean en 'Miracle Rooftop', con un 'Around The World' en bucle que no acaba de petar, y recuerdan a Floating Points en 'Lying Low'. También hay margen para temas de indie pop que nos hacen ir 10 años atrás, como 'Whitstand Bay' o 'Wedding Bells'. Para digerirlo todo, van intercalando varios interludios instrumentales con óptica futurista. Y es que ya avisó Mount en una entrevista que “lo veía como un disco de escucha pasiva, que sonara bien de manera atmosférica y que no tengas que concentrarte mucho”. Y sobre todo a nivel de las letras, no le falta razón, vale más la pena fijarse en las melodías que en sus versos, que, aunque tienen un enfoque más maduro donde reflexiona sobre su paternidad, matrimonio y bodas, la mayoría pecan de simples para mi gusto.

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