Emotional Eternal
DiscosMelody's Echo Chamber

Emotional Eternal

7 / 10
Fran González — 30-05-2022
Empresa — Domino
Género — Psicodelia

Los hay a los que se nos ponen los ojos vidriosos al volver la vista atrás y comprobar con cierto pesar lo mucho que ha cambiado el mundo en el último lustro; otras personas, en cambio, no volverían atrás ni para coger carrerilla. Exenta de nostalgias y entregada a la celebración del presente, Melody Prochet es consciente de que el aquí y el ahora han supuesto para ella una segunda oportunidad, un capítulo nuevo que cierra su anterior preludio marcado por la desolación y la pena como bien desdibujó en su anterior entrega, “Bon Voyage (Domino Records, 18). Hace cuatro años la artista nacida en Puyricard sufrió un desafortunado accidente que la mantuvo hospitalizada durante varios meses y del que poco supimos, más allá de la aneurisma cerebral que le diagnosticaron, junto con algunas vértebras rotas, y por descontado la cancelación de su tour y el retraso de su segundo álbum. Mucho ha llovido desde entonces, y aunque el contexto a lo largo de estos últimos años no haya acompañado en exceso, Prochet ha roto ese hiato personal que se tomó separada de la música y vuelve a nosotros con un espíritu renovado, firmando con éste su tercer disco como Melody’s Echo Chamber y abriendo de par en par las hojas de un catálogo de optimismo y júbilo.

“Emotional Eternal” (Domino Records, 22) es un repertorio de ocho canciones que desde su mismo pistoletazo de salida ya destila un gozo especial y una remarcable tendencia hacia el disfrute más inocente y desenfadado. Sin lugar a dudas un cambio de registro propiciado por sus personales idas y venidas sufridas en los últimos años y que finalmente han traído consigo un giro argumental en su vida que la confirman feliz y satisfecha, como las propias cadencias radiantes y recargadas de este LP revelan. La pieza homónima del disco, que también arranca el mismo, no engaña a nadie. Esa tonalidad fina y frágil, tan particularmente suya, al filo de romperse y enmarcada en un halo de esperanza, nos reciben con los brazos abiertos a este revitalizante nuevo capítulo de la francesa. Con esa “Looking Backward” hace exactamente lo propio, llevarnos de vuelta a su lado más psicodélico, ese caleidoscópico túnel de capas coloristas y envolventes que huele a patchouli y remite a los primeros Tame Impala. No pierde tampoco la ocasión de coquetear con excelso acierto con las mieles de la mixtura y los sonidos étnicos, pues como si de una tuareg de la Provenza se tratase, logra firmar una atrevida “Pyramids in the Clouds” en la que alcanzaremos a ver su lado más nazarí y desértico. Sin dejar de lado las ganas de echar en ese barreño todas las piezas que ensamblan su extenso imaginario, esculpe con gusto una pieza a caballo entre la chanson más arquetípica y los ritmos más lisérgicos y oníricos. Hablamos sin duda de “Personal Message”, donde una vez más la cantante francesa vuelve a dejarnos clara su nueva visión, henchida de buenos y alentadores propósitos (“Don't be scared I was there before. I promise you're going to find other reasons to dance along”).

Con aires de otra década, y un afán preciosista que le llevará a exhibir la que probablemente sea su canción más emotiva y orquestalmente lograda hasta la fecha, Prochet decide cerrar el álbum con “Alma_The Voyage”, una maravillosa oda fruto de su reciente maternidad y en la que expresa de la forma más pura y honesta lo que este nuevo periplo en su vida ha supuesto. Con esos versos que poco o nada dejan a la libre interpretación (“Est-elle un mirage? Cette fille au cœur d'or”) refuerza nuestra idea de estar presenciando su renacer personal, un viaje para el que no exige demasiado, y donde desde la elegancia más naíf nos recuerda que en el círculo de la vida se hayan todas las respuestas.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.