No es exagerado decir que “mbv” es uno de los discos más esperados y deseados de la Historia, ni tampoco afirmar que la mayor parte de fans de My Bloody Valentine pensamos hasta hace días que no llegaríamos a escucharlo nunca. Lo que de algún modo creo que explica el porqué de tal cantidad de opiniones dispares emitidas horas después de su publicación. Pocos discos se han visto sometidos a tal grado de expectación, tampoco “Loveless”, en su día un álbum con buena acogida pero que (recordemos) ni sacó de pobre a la banda, ni multiplicó exponencialmente su número de fans, ni siquiera les señaló como el grupo del momento entre la entonces influyente prensa británica: noveno puesto en las listas de 1991 del NME, séptimo para el Melody Maker, con medianías colándose entre medias como The Wonder Stuff o Carter USM.
La mitificación de “Loveless” y su indudable influencia sobre las posteriores generaciones no paró de aumentar con el paso de los años y ejerce ahora de losa a la hora de valorar un trabajo que Kevin Shields presenta como la recuperación y cirugía de unas grabaciones inmediatamente posteriores que nunca habían llegado a ver la luz. Esto es, exigimos a My Bloody Valentine que vuelvan a cambiar el devenir del pop 22 años después, y además que lo hagan con una grabación cuyo origen se remonta a casi dos décadas atrás. Ni que decir tiene que esa es una tarea condenada al fracaso, más aún en un tiempo en que el fast food sonoro y la sobreexposición a que estamos sometidos nos hace inmunes a la sorpresa. Aquel que no lo entienda así difícilmente podrá disfrutar mínimamente de estos 47 minutos de música.
Zarandeados los prejuicios, vamos con el disco en sí. Más que una colección de canciones perdidas en mitad de los noventa, “mbv” funciona como recorrido desde aquellos días hasta un momento que se intuye no demasiado lejano. Arranca pues con una secuencia de temas que perfectamente podrían haber formado parte de “Loveless”: la canción con la que se abre el disco (“She Found You”), “Who Sees You” o incluso “Only Tomorrow”, cuya singularidad reside en un repetitivo riff mucho más diáfano de lo que acostumbraban. Pero, matices al margen, ahí siguen las capas de guitarras que se derriten a golpes de palanca, la batería sepultada en un segundo plano, las voces susurrantes de siempre. Frente a las últimas noticias que tuvimos del grupo -cuando ya reducidos a la voz de Bilinda y la magia de Shields registraron las covers de “Map Ref. 41N 93W” de Wire y la preciosa “We Have All The Time In The World” de Louis Armstrong- estos temas adolecen, más allá de la ausencia de novedades, de cierta inconcreción melódica, de falta de pegada.
Las sorpresas empiezan con “Is This And Yes”, una extraña y minimalista pieza con ecos a Brian Eno construida (aparentemente) a partir de sintetizadores, que sirve de puerta de entrada a un nuevo universo sónico en el que progresiva y sorpresivamente los ritmos se hacen protagonistas. En primer término con los temas más “amables” y “optimistas” de todo el disco, “If I Am” y “New You”, cercanos en espíritu a los coqueteos con el sonido baggy que en su día planteó “Soon”. Y dejando para la recta final el auténtico plato fuerte.
Porque la triada que forman “In Another Way”, “Nothing Is” y “Wonder 2” justifica de por sí la espera y suponen la mejor respuesta posible a quienes califican “mbv” de mero ejercicio nostálgico. Quince minutos en total en los que no cabe tanto hablar de reinvención como de evolución natural (pero inesperada) de la banda, propulsada por un ritmo en el que se aprecia más claramente que nunca la fascinación que el hip hop y el drum’n’bass siempre han ejercido sobre Shields. En ese sentido, la progresión del grupo resulta muy cercana aquí a la de otro noise-maker de pedigrí, su contemporáneo Kevin Martin y su proyecto Techno Animal: sonidos industriales sobre los que se adhieren múltiples capas de ruido. No es descabellado pensar también que el origen de estas “canciones” tenga que ver con las mutaciones a las que desde su reunión -en realidad desde la gira post “Loveless”- han sometido en directo a “You Made Me Realise”, derivándola cada vez más hacia lo extremo y jugando con las múltiples posibilidades del noise. Aunque ni siquiera en ese caso, o al menos yo no tengo constancia de ello, habían conducido su música hasta la orilla de lo industrial como ahora, hasta el punto de que en 2013 el universo My Bloody Valentine tiene más puntos en común con el de un Trent Reznor que con la abulia shoegazer, donde muchos despistados aún insisten en alinearles.
Cuando el disco apenas lleva unas horas en la calle se empieza a hablar de un posible EP que llegaría el próximo año y que definitivamente nos pondría al día de lo que sucede hoy en la cabeza de Kevin Shields. Conociendo los precedentes no es como para tener excesiva confianza en que eso vaya a ocurrir antes de otro par de décadas. Aquí y ahora insisto en que “mbv” no es ese disco que debe marcar el camino del pop del siglo XXI -dudo también que entre tanta confusión algo parecido llegue a publicarse en los próximos años, ni por My Bloody Valentine ni por nadie- pero sí un trabajo singular, honesto y coherente con la trayectoria incómoda del grupo. Una muestra: hoy mismo, cuando “mbv” sonaba en la oficina de MondoSonoro, mis compañeros me han animado a bajar el volumen con cara de pocos amigos. Y si eso no es una victoria de los cabeza de cartel en los principales festivales mundiales de este 2013 dime entonces tú qué coño es…
23 años para más de lo mismo pero peor..
Lo he escuchado varias veces, gracias a las redes alternativas de obtención de contenidos, y me parece un trabajo coherente y magnífico. Es "su" sonido y evolucionan a partir de el.
Que no va a cambiar la historia del rock esta claro. Ya lo hicieron.
No se puede inventar el shoegazer dos veces.
Pues miedo me da que tus compañeros te hicieran bajar el volumen. Ya lo anterior era infumable, y más si se compara con los grupos de aquel año. Nunca estuvieron en la vanguardia. Mitos y más mitos....
Para mi my bloody valentine esta echa para oídos preparados,, quizás os falta escuchar mucha música ,,
Cuando lo hagáis lo valoraréis ,, con todo el respeto chicos
Nada suena como ellos,, simplemente los mejores
Es más como lector de mondosonoro desde los años 90 me siento insultado que el equipo de mondosonoro baje el volumen cuando suena el nuevo disco de my bloody valentine, esto es de coña chavales,, 😉
De la misma manera que existen fanatismos fantasiosos sobre MBV, también están los que, pensando escuchar lo que les enseñaron a escuchar (Formato, limpieza, cadencia NORMAL, que suene del modo convencional), no saben escuchar este grupo. En lo particular está a la altura de PINK FLOYD. Es puro amor