For All Time

Luego de un comienzo de carrera a tope de éxito artístico con sus discos “A Strange Arrangement” y “How Do You Do” y una etapa en la que -también con cuantioso suceso- se dedicó a componer para otros, Mayer Hawthorne destapa su nuevo trabajo “For All Time”, armadura con la que se entrega a recuperar el reino del soul gafapasta.

Esta galería de melodías color pastel se mece en un columpio de oscilaciones sutiles y placenteras. Lo único que podría marear aquí es su nivel de dulzura, debes saber que Hawthorne no es un artista para diabéticos auditivos.

Dicho esto, el cabalgar de las canciones recuerda a las palabras que alguna vez usó el periodista pullés Paolo Politti para definir una parte de la carrera de su coterráneo Domenico Modugno: esto es música para el acto amoroso; cada canción representa un momento de la secuencia más antigua de la humanidad.

Desde el definidor de mood “Hawthorne Rides Again” en el que este productor y crooner nos mira con su ceja derecha levantada al inmediato “Without You”, Hawthorne utiliza la técnica de seducción del perdedor, infalible si se la practica con semejante sensibilidad.

La narrativa sensual continúa con “Physical Touch” en la que el título lo dice casi todo y junto a “Deeper Vibration” y “On The Floor” representan el momento “bobo”, el de las mariposas en el estómago, en el que todo lo que te digo es una estupidez pero a ambos nos da igual.

La primera línea de “The Pool” va al hueso: “Let’s get hot” (“Pongámonos cachondos”) dice el atrevido Mayer e inaugura el siguiente capítulo, el realmente esperado. “Cream Interior” es aparte de un título incómodo, compañía perfecta para la instancia y reprise de la intro del disco; esta vez “Hawthorne rides again” se pronuncia con autoridad y algo de histeria.

“Standby” y “Sweet Temptation Woman” hablan del post. Con temple de altanero y rebosante dulzura al mismo tiempo, este cruce moderno entre Buddy Holly y Curtis Mayfield vuelve al ruedo con “On The Floor” y “Eyes of Love”, dos de las gemas animadas de “For All Time”. Con elegancia y determinación, Hawthorne se quita el polvo de solista y reconquista todo así como lo veis, con bermudas celestes, calcetines altos y mocasines. Un ganador de veras, vamos.