Reconozco que, de entrada, la propuesta de este cuarteto barcelonés no me llamó especialmente la atención. No les faltaban fuerza y devoción por el rock & roll, pero me tiraba un poco hacia atrás su excesiva deuda con la banda de los hermanos Young. Ha pasado el tiempo y, con este tercer álbum, mi punto de vista al respecto ha cambiado sobremanera. Cierto que canciones como “Down & Dirty” o “Highway Rebel” mantienen la influencia de aquellos, pero los catalanes empiezan a mostrar sus propias maneras y su cara más personal. Y eso es algo que se palma desde el tema que da título al disco, en el que la influencia del rock cincuentas se da la mano con el juguetón espíritu del glam. Ahí reside una de las grandes bazas del disco, su refrescante potencial melódico y el pulido de ciertas aristas (imagino que azuzados por el productor, el Hellacopter Nicke Andersson), que alcanzan su máxima expresión en “Virtually Good” o “You Bore Me”. Ahora sí, esperamos todo lo mejor de ellos.
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