"Máximo Ruíz Ferrer" (Ernie Records, 2015), el tercer álbum de Napoleón Solo (primero con Ernie) es una oda al pop de buena calidad. Los granadinos se han instalado (esperemos que por mucho tiempo) en un espacio sonoro más maduro, con un trabajo más lento, más sutil en las melodías bailables que tan bien habían funcionado en otros discos, más pensado en arreglos y producción que los anteriores y, quizá por ello, de acceso restringido, ya que no gustará a los que busquen la fórmula fácil.
Los granadinos demuestran dónde quieren estar en este meditado álbum, que gana con varias escuchas, permitiendo descubrir y apreciar los múltiples detalles que, en un primer momento, parecen quedar en segundo plano.
Un disco ecléctico, que va del pop más folclórico de la meseta, con la entrañable “Emilia y Pepe”, hasta los accesos groove de “Pequeña canción del espacio”. Sobresalen del resto temas como “Yuliana Juliana”, una inmensa luz pop llena de coros, teclados y sencillas líneas de guitarra perfecta para tararear hasta la extenuación o la atmosférica “Matamuertos y la Cruel”, donde los sintetizadores toman protagonismo junto a unas enfadadas guitarras y que es, además, el tema que abre el disco de este gran personaje llamado “Máximo Ruíz Ferrer”, un tipo histriónico que nos ha hecho redescubrir a unos elegantes Napoleón Solo que parecían aturdidos por tiempos pasados.
Discazo y mejor directo
Gran disco, lo recomiendo totalmente, no es un disco de una sola escucha, sus temas requieren atención
Temas como "las cinco como siempre" o "llegó el verano" son espectaculares
Para mi dejan claro nuevamente que son una de las grandes bandas de este país
Un trabajo valiente, donde se muestra la genialidad de los temas junto a una acertadisima producción