Hay discos que dejan huella en las personas, y en el caso del frontman de The National ese privilegio le corresponde a “Stardust”, del veterano héroe del country Willie Nelson. Uno de los cinco discos que, en palabras del vocalista, tenía su padre y que caló hondo en un artista, que, en plena madurez, lo ha tenido muy en mente para el que es su primer disco en solitario, tras la curiosa aventura de El Vy. Tanto que Booker T. Jones, legendario músico y productor de aquel álbum de 1978, se ha encargado de producir este, aportando su sapiencia en todos los géneros, del country al pop y el soul. El resultado es un trabajo tan repleto de matices y sobrado de corazón como de un clasicismo humilde.
Hablar de disco en solitario resulta absurdo en el caso de una obra en la que participan un extenso puñado de amigos que arropan al de Ohio con maneras exquisitas, bajo la atenta mirada de Jones: de Matt Barrick de The Walkmen a Scott Devensdorf de The National, la bajista Gail Ann Dorsey (bajista habitual colaboradora de David Bowie) o Ben Lanz (Beirut). Porque aquí no hay estridencia alguna: estamos ante uno de esos álbumes que requieren cierta complicidad del oyente.
La sobria interpretación vocal de Matt Berninger, cantante efectivo en su rango, es el centro alrededor del cual se despliega la calidez de los instrumentos en canciones tiernas (“My Eyes Are T-Shirts”, “Oh Dearie”), de acústica juguetona (“Distant Axis”), melancólicas (“Loved So Little” y sus aires de blues) o en las que se desata lo que puede como vocalista de soul (“One More Second”, “Collar Of Your Shirt”). La humildad serena y encantadora del conjunto tiene un desenlace ideal en las majestuosas “All For Nothing” y “Serpentine Prison”, ambas con ecos de The National.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.