Vidas

Tras cuatro años desde su irrupción en el panorama musical, Maruja Limón nos siguen sorprendiendo con “Vidas” (Satélite K, 21), un trabajo lleno de colores sonoros y mensajes muy claros y reivindicativos. Un disco en el que el primer cambio que nos encontramos es la potencia sonora que emerge gracias a que ha sido grabado en directo, tal y cómo nos lo vamos a encontrar en los conciertos. Y no solo lo han grabado todas juntas, sino que además la composición también ha sido conjunta, haciendo de todo el trabajo un ente más coral.

En esta referencia siguen explorando sonidos que demuestran esa versatilidad que ya nos habían dejado ver en sus dos anteriores discos. De ahí que las podamos oír montando una auténtica fiesta latina en “Barna", que pasen por el flamenco en “Tanto tiempo” o “Silencio en la habitación 308”, a la rumba catalana (y en catalán) en “Merceditas”, y se acerquen a lo urbano en “Voy a lo que voy”. Una convergencia de géneros que siempre las ha acompañado y que refleja la valentía que tienen a la hora de componer nuevas composiciones. No tienen miedo en adentrarse en terrenos desconocidos y salirse de su zona de confort, de hecho, eso es lo que hace de Maruja Limón una de las bandas más especiales de la actualidad, la dificultad de ponerles etiquetas.

Tal y cómo ellas dicen, han querido aprovechar el altavoz que les supone el mundo de la música para lanzar mensajes reivindicativos. De ahí que podamos dividir el disco en dos. Las cinco primeras piezas forman un primer bloque en el que destacan la necesidad de vivir sin importar nada más. Por eso vemos que la pista que abre el disco es una invitación a abandonar los prejuicios sobre los demás y disfrutar de la vida sin interrupciones; o que hay mensajes reivindicando al colectivo LGTBIQ+, como en su hit, “Cárcel”. Cómo dice el título del álbum, vidas hay muchas, pero hay que disfrutarlas todas sin importar nada más, y eso es lo que nos quieren hacer ver en esta primera parte, más optimista y vitalista.

La segunda mitad tiene un tono más crudo, de hecho, arranca con “Preludi 28 de maig” que hace referencia al día internacional de acción por la salud de las mujeres, haciendo alusión a todo lo que vendrá después: seis canciones que invitan al empoderamiento femenino y a reflexionar sobre nuestras actitudes machistas dentro de la sociedad. Logran poner voz a experiencias difíciles, manifestando así la importancia que tiene un mundo en el que haya igualdad y en el que el feminismo impere. La clara representación de esto es “Machito”, con la que cierran el disco, en el que a pesar de crear una fiesta con los ritmos latinos que emana la pista, sabe donde dar para que podamos reflexionar y que ese mensaje se nos quedé grabado a fuego en la mente.

Con este tercer álbum de estudio el quinteto femenino sigue firmando una brillante carrera. Tras cuatro años girando por salas nacionales e internacionales han pasado de ser una de las mayores promesas de nuestro país ha convertirse en una realidad, siendo una de las mejores y más interesantes propuestas de todo el panorama nacional. Y lo mejor es que todavía nos queda Maruja Limón para rato.