Los británicos Martha se despachan a gusto en su segundo álbum, tras incluir indie-pop, punk, incitación al baile más gamberro, rock y pinceladas exóticas en la misma marmita. La mezcla tiene como base común la presencia en primer plano de las guitarras, y remarca una inmediatez que surge del propio ritmo acelerado de las composiciones.
Una consistencia que, en cualquier caso, se preocupa de insinuar accesibilidad, así como de mantener cierta baja fidelidad en lo que supone un toque adicional de realismo. Son canciones adictivas como “The Awkward Ones”, “Chekhov's Hangnail”, “Precarious (Supermarket Song)”, “Goldman's Detective Agency” o “Do Whatever”, influenciadas indisimuladamente por Pixies, Throwing Muses, The Replacements, The Breeders o The Clash.
Nada nuevo bajo el sol, por tanto, pero lo cierto es que la banda convence mayoritariamente en base a sus guitarrazos certeros y la precipitada interpretación de sus vocalistas. “Blisters In The Pit Of My Heart” es uno de esos discos de los que seguramente nadie se acordará el año que viene a estas alturas, pero que resulta un solvente divertimento (no exento de reivindicación) aquí y ahora. Actitud, verticalidad y puro nervio, por tanto, en una obra apta para disfrutar con el hedonismo y la despreocupación propios del verano. Ni más, ni menos.
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