Maria Rodés sería, en una clase de Sigmund Freud, una alumna aventajada. La cantante ha recogido en este “Sueño triangular” -su segundo largo en solitario- más de dos años de anotaciones de sus noches sobre la almohada para explorar nuevos espacios sonoros, nuevos lenguajes y, sobretodo, nuevas formas de interpretarse a sí misma. El trabajo recoge, pues, un acercamiento al inconsciente sin corsés ni paracaídas; una manera de explotar la escritura automática; nuevas puertas musicales cercanas a la psicodelia, los ruidos lo-fi, los sonidos orientales o el anti-folk. En conclusión, una estructura mucho más compleja y libre que la del celebrado “Una forma de hablar” (10), un valiente ejercicio y un intento de desnudarse sin dejar ver un pedazo de carne. Ordenar el caos le ha costado a la artista dudas, crisis y meses de revisiones (junto a Maru di Pace y Lluís Surós, a los arreglos) que finalmente han reposado en un mundo onírico que destruye las fronteras de la canción, las limitaciones del pop atmosférico y, por encima de todo, las construcciones vocales y compositivas de uno de los grandes talentos de la escena catalana.
Muito bom Beto. Sem vocea jamais temoaris estes momentos registrados. Espero que a ABES tenha como armazenar este acervo para no futuro relembramos o nosso passado. As coisas boas que estamos fazendo Uma abrae7o, Vitorio.