Hacer lo que te apetece y no aquello que los demás quieren que hagas, es una demostración de inteligencia. Una habilidad que la mayoría adquiere conforme suma años y no cuándo todavía estás trazando tu línea vital. Para Maria Jaume lo más fácil y cómodo hubiese sido continuar con el plan de un debut que nadie (ni ella, ni su sello, ni sus allegados) había soñado que llegaría tan lejos. Es decir, seguir por los cauces de una cantautora con grandes facultades pero que evita, a toda costa, el riesgo.
Este no es el caso de “Voltes i voltes”, un disco que rompe esquemas, los propios y los ajenos. La mallorquina tenía una cosa clara, quería hacer un disco de pop. A partir de ahí, el sistema, la estructura, los detalles, iban a llegar. Y esta vez de la mano de unas letras que son las que marcan el paso en este álbum, con Lluís Cabot como productor y gente querida a su lado, caso de Victor Ayuso y Miquel Serra, echando un cable.
Desde el primer momento, con “2008”, ves ese atrevimiento natural a la hora de contar cada historia. “Ni Picassos ni Dalís” es un hit en toda regla, una canción para escuchar en bucle. “A final de mes”, con Núria Graham como cómplice también se puede tararear, mientras que en “Me desplom” es fácil dejarse llevar por la melodía e incluso si le da por rendir un tributo encubierto a The Magnetic Fields, lo hace de manera original. Conque, bienvenidas sean, esas vueltas y vueltas.
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