Young Blood
DiscosMarcus King

Young Blood

8 / 10
Don Disturbios — 31-08-2022
Empresa — Republic Records
Género — Blues

Siempre me gustó esa máxima que afirma que en el blues existen tres reyes pero solo hay un duque. Una frase usada como referencia a los tres King (Albert, Freddie, B.B,) y al gran Duke Robillard. Pues bien, Marcus King se está ganando, con tan solo 26 años de edad y cinco discos en su haber, formar parte del Olimpo de los tres reyes y su duque. Y es que pocas veces en esta década ha sonado tan afilada, dolorosa e hiriente una guitarra como logra hacerlo el de Carolina del Sur con su Gibson. Es más, si eres de los que sabes quienes son y disfrutas de Leslie West, Mark Farner o Johnny Winter, este disco de Marcus King es tu nueva adquisición de la semana. Lo llevarás contigo para siempre. Y máxime cuando en este “Young Blood” el guitarrista ha pisado el acelerador de su pedalera, subiendo bastantes grados la temperatura hard-rock con respecto a su anterior trabajo titulado “El Dorado”. Disco que ya daba muestras de su valía dentro del rock-blues sureño, pero que tenía un mayor número de temas lentos, baladas country y medio-tiempos que ahora casi han desaparecido por completo.

Sin embargo, si hay algo que une los dos últimos discos en solitario de Marcus King (anteriormente tiene tres pero con el desaparecido apelativo de Marcus King Band), no es otra cosa que la producción del más listo de la clase. Dan Auerbach repite tras los controles, sabedor de la gema que tiene entre manos. Y es que el líder de The Black Keys es un amante del blues-rock setentero y de todas esas bandas que surgieron bajo el yugo de la guitarra de Jimi Hendrix, tanto es las Islas, (Cream, Free, Taste...) como es Estados Unidos (Cannet Heat, Mountain, Cactus...). Por eso no cuesta mucho de imaginar lo bien que se lo habrá pasado tras los controles para ver como se dejaban llevar en formato trío, como mandan los cánones, a la hora de dar forma a los once trallazos que componen “Young Blood”.

“Young Blood” empieza con toda una declaración de intenciones desde el minuto uno. Los dos primeros temas “It's Too Late” y “Lie Lie Lie” son dos trallazos hard-rock basados en una jam de blues muy fiel a los postulados de cualquier power trío que se precie. Tras esta, “Rescue Me” sirve para que Marcus King se luzca con la técnica de la slide y nos deje patidifusos. Tema que recomiendo disfrutar en su versión en directo disponible en el canal de YouTube del artista. “Pain” es otra muestra de clásico sonido setentas que podría encajar en cualquiera de los sets de las bandas citadas con anterioridad. En “Good and Gone” la garganta de Marcus recuerda por momentos a la de Paul Rodgers de Free y Bad Company, mientras que “Dark Cloud” rememora el legado de otros grandes como Grand Funk Railroad con ese caminar de la base rítmica. “Hard Working Man” tiene ese regusto bluesy tan característico con el que tanto disfrutaban los primeros Whitesnake de David Coverdale y así hasta finalizar el disco con una, ahora sí, delicada “Blues Worse Than I Ever Had” en la que el cantante y guitarrista se lamenta de tener la maldición del blues sobre sus hombros. Un don que le consume porque no le deja pensar en otra cosa. Y claro la lección que da de nuevo con la slide es de quitarse el sombrero tejano.

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