James Dean Bradfield, Nicky Wire y Sean Moore superaron la desaparición (aún no resuelta) de su guitarrista y letrista Richey Edwards con un disco tan consistente como fue “Everything Must Go” (Epic, 96). La banda dejaba así definitivamente atrás la trilogía inicial formada por “Generation Terrorists” (Columbia, 92), “Gold Against The Soul” (Sony, 93) y “The Holy Bible” (Epic, 94). Y con ella, también se despedían de aquel sonido crudo y con evidente afinidad por el punk que daba paso a una faceta sensiblemente más melódica y con cierta preferencia épica que el trío ya nunca abandonaría. Un conjunto con el que el grupo logró reinventarse a sí mismo, y de paso cosechar un éxito global que, en pleno apogeo del Britpop, les hizo destacar dentro de la escena británica de mediados de los noventa. Su siguiente entrega se antojaba, por tanto, determinante a la hora de confirmar estatus, pero también esas preferencias estilísticas que habían mutado sólo dos años antes.
“This Is My Truth Tell Me Yours” (Virgin, 98) certificó el éxito (artístico y comercial) del grupo, siguiendo con lógica y confianza la senda marcada por su antecesor. El quinto disco de los galeses resultó ser un compendio de accesible indie-rock de guitarras, que tampoco descartaba la inclusión del mensaje político y social otrora bandera del combo. Un trabajo con dos partes más o menos diferenciadas, que en su primera mitad resultaba pretendidamente acongojante al incluir una serie ininterrumpida de éxitos evidentes. Un tramo arrasador que se abría con “The Everlasting”, precioso medio tiempo que no dejaba de crecer a lo largo de sus seis minutos de duración. A continuación, y apostando por mantener el ritmo, aparecía la inolvidable “If You Tolerate This Your Children Will Be Next”, tema idealista e inspirado por la guerra civil española que funcionó como primer sencillo extraído del disco. “You Stole The Sun From My Heart” era un single bastante más al uso y con un estribillo arrasador, que daba paso a la bonita “Ready For Drowning” y a otro de los pelotazos del elepé, la pegadiza “Tsunami”. A partir de ese momento, los cortes algo más introspectivos se tornan mayoría, con piezas igualmente acertadas y convertidas en atemporales como “My Little Empire”, “You're Tender And You're Tired”, la desnuda “Born A Girl” o “Be Natural”. Ya en el tramo final destaca la inquieta “Prologue To History” y la efectiva “Nobody Loved You”, publicada como single únicamente en Japón y elegida para echar el cierre.
El álbum es un torrente sonoro imparable, que terminó por significar uno de los apogeos compositivos de Manic Street Preachers. “This Is My Truth Tell Me Yours” (Virgin, 98) es por tanto un clásico imprescindible del grupo, pero también y de manera más global, una obra destacada en el final de aquella década. Y todo a pesar de una producción que ahora puede manifestarse como algo excesiva y recargada, pero incapaz en cualquier caso de contrarrestar la fuerza intrínseca latente en las propias canciones. El poso (aún vigente) dejado por las mismas en su momento y la fuerza de la nostalgia hacen el resto, al recuperar un álbum reeditado ahora convenientemente remasterizado con motivo de su vigésimo aniversario. Disponible en doble vinilo y triple compacto, el producto presenta el disco original y también el obligatorio material extra. Unos añadidos que incluyen caras B, reveladoras demos (caseras o en directo), y remezclas (más o menos interesantes) a cargo de nombres coetáneos y tan conocidos como los de Massive Attack, Mogwai, Stereolab o David Holmes.
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