Antes de nada, una precisión: “Mandorle” es un disco incómodo, áspero, muy lejos de los paisajes en calma que dominaban el álbum de The Folding And The Point, primer proyecto de Olivier Arson. En Territoire (con una larga nómina de invitados: Abel Hernández -El Hijo-, Miren Iza -Tulsa-, Miguel Marín- Arbol- o los miembros de McEnroe, entre otros) no cabe hablar de evolución, sino de cambio de rumbo, con una tensión narrativa en la que el ambient se viste de post-rock, kraut y jazz, todo con premeditada lentitud. Hay momentos de sosiego, pero solo en abierta lucha con la sensación de confusión y brutalidad (ahí están “Vesica Piscis”, “Resplandor IV” o la enorme “Blanc”) que recorre este trabajo, tan explícito como misterioso, valiéndose del silencio como un instrumento más dentro de un combate que no se conforma con una victoria a los puntos, sino que busca un derechazo demoledor como el que tumbó a Manny Pacquiao. Ya lo sabes: que no te pille con la guardia baja.
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