Una Gran Decepción
DiscosMalamute

Una Gran Decepción

8 / 10
Fran González



 — 30-08-2022
Empresa — Snap! Clap! Club
Género — Indie pop

Es fabuloso comprobar cómo el pop nunca deja de sorprenderte y logra regenerar sus sentidos con la frescura y el carácter de las primeras veces. Malamute llevan desde 2019 demostrándonos que en el pop hay cantera y de la buena. Su pistoletazo de salida nos llegó en el citado año, cuando con una cara mucho más inocente e inocua nos entregaron las pistas de un primer EP que nos recordó a unos renovados Family y a una dulce regresión a esa época dorada del género que surfeaba entre miradas de admiración a la estética sesentera y a la ciencia ficción de serie B.

Tres años después y tras la publicación de varios singles irresistibles, la cántabra Irene Gutiérrez y el madrileño Diego Jiménez han decidido que ya era hora de darle a su particular proyecto la oportunidad de desarrollarse a través de un formato de larga duración, y con ello nos llega “Una Gran Decepción”, una vuelta de tuerca a ese tono naíf de sus primeros trabajos y una apuesta mucho más desenfadada para su puesta de largo oficial. De repente, las guitarras y las baterías entran en su dinámica regular y ese pop acaramelado de sus inicios se torna más feroz y asilvestrado que nunca, subiendo con ello los decibelios y logrando que sus elevadas revoluciones nos sacudan de pies a cabeza. Las referencias a unos noventa underground siguen ahí, latentes en su aroma, solo que en esta ocasión sus miradas se posan sobre la cara más punk de esa añorada y fértil década, entrando a saco desde el primer acorde, como un elefante en una cacharrería.

Con la energía por bandera y unas letras a caballo entre el gamberrismo y la auto-destrucción, Irene y Diego depositan en Carlos Hernández y Fran J. Báez la responsabilidad de darle cuerpo a esta producción, algo que percibimos desde el primer corte, “Pesadillas”, donde su sonido destila una cohesión más pomposa y grandilocuente de lo que previamente conocíamos de la banda. A esta sensación de estar imbuidos dentro de un proyecto mucho más consistente, se unen además esos relatos triviales y cercanos, cantados con la vivaz tonalidad de Irene, quien nos termina regalando cañonazos cargados de rabia y sentimiento, y cuyos versos pronosticamos que generarán un flechazo instantáneo en todo aquel que se aproxime a ellos: “¿En qué plano astral dejo de sentirme mal?”, “No sé cuál es tu signo del zodiaco ni cuál es tu ascendente, pero sé que eres un mierda, me lo ha dicho mucha gente”, “Que te guste la misma basura que a mí no te hace mi alma gemela, no funciona así”. Ansiedad, angustia existencial, apatía, y esa irresistible mueca de auto-parodia constante que logra entroncar con su nostalgia más subjetiva a través de referencias directas (“La Oreja de Van Gogh”) y hasta atraer las miradas de una figura clave en el devenir del pop, Ariadna Paniagua de Los Punsetes, quien se entrega de buena gana a participar en esa oda al romanticismo interesado que es “Una casa en El Sardinero”.

Desde la propia portada hasta el contenido transversal de sus temas, “Una Gran Decepción” nos muestra el retrato de una generación aferrada a sus cuatro paredes, atrapada en el recuerdo inmediato y abrumada ante una adultez que le viene grande. Un desencanto vital al que a través de sus descaradas melodías tratan de encontrarle un único culpable: “Todo el mundo ha conseguido que tenga esta sensación, que todo sea una gran decepción”.

 

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